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68.19% Re: zero arco 3, 4, 5. / Chapter 343: La familia del presumido.

章節 343: La familia del presumido.

Subaru ladeó la cabeza mientras Mimi agitaba sus brazos alegremente y continuaba.

"Fiesta" era una palabra bastante extravagante, y fue mencionada de la nada.

_Subaru: Una invitación a una fiesta… ¿de Anastasia-san? Pero es que, es decir ¿ocurrió algo? ¿Hay algo que celebrar?

_Mimi: ¿Celebrear? ¿Celebriar? ¡No sé! ¡A quién le importa! ¡Vamos a poder comer muchísimo y beber hasta quedar borrachos! ¡Va a ser muy! ¡Muy divertido!

_Subaru: Es evidente que eres demasiado joven para beber.

_Mimi: Ejem. ¡Este mismísimo año me volví adulta! ¡El Jefe me dijo que podía beber! Pero mi Señorita dice que no.

Mimi sacó pecho, haciendo que los cascabeles en sus trenzas tintinearan. Los ojos de Subaru se abrieron por completo debido a la sorpresa.

_Subaru: Espera, si se te permite beber, entonces ¿¡ya alcanzaste la madurez!? Eso no puede ser cierto. ¡¿Qué edad tienes?!

_Mimi: ¡Acabo de cumplir quince añotes! Ya una adultísima adulta. ¡Toda una mujer!

_Subaru: ¡Las mujeres adultas no hablan como si siguieran en la escuela primaria! Como sea…

Habiendo recuperado la compostura, Subaru se puso la mano en el pecho mientras aceptaba las diferencias de lo que significaba la adultez en este mundo comparado con el otro. Era prácticamente lo mismo que el Genpuku. La edad reconocida como adultez en este mundo eran los quince años, y es la edad en la que se volvía legal beber y fumar.

_Subaru: …¿Es así como son las cosas, Petra?

_Petra: Sí, así es. Pero, siendo más específicos, es a los quince años cuando los hombres dejan sus hogares para encontrar un trabajo, y las mujeres pueden casarse a partir de esa edad. Si no se casan, también tienden a buscar un trabajo. Como yo.

_Subaru: Lo que significa que dejaste tu hogar muy pronto. Qué niña tan atrevida.

_Petra: Jeejee, me dijo atrevi… Espera, eso no parecía un cumplido.

Petra miró con enojo a Subaru mientras él se dirigía hacia la agotada Beatrice. Mimi la había soltado, y ahora sus tirabuzones estaban hechos un desastre. Estaba mirando a Subaru mientras se acercaba.

_Beatrice: Luego de participar en tu entrenamiento y ser maltratada por esta gata, Betty está exhausta, supongo… Subaru, llévame en brazos, de hecho.

_Subaru: ¿Participar? Lo único que hiciste fue mirar…

Beatrice estiró sus brazos, tratando de alcanzar a Subaru, y entonces él la envolvió con los suyos. Su masa muscular había aumentado últimamente, y si a eso se le añadía que ella era tan ligera como una pluma, su peso no representaba la más mínima molestia para él.

Lo único que no le agradaba es que al hacerlo parecía un padre con su hija en brazos, y claramente no es la imagen que buscaba.

_Mimi ¡Oooh! ¡Estás cargando a la pequeña! ¡Asombroso! ¡A mí también! ¡A mí también!

_Subaru: Tal vez para tu Jefe eso no sea nada, pero para mí no es físicamente posible. Petición rechazada.

_Mimi: ¿¡Qué!? ¡No se vale! ¡No vale! ¡Qué injusto! ¡Injusto!

Frustrada, Mimi comenzó a correr alrededor de Subaru, quien sostenía a Beatrice. Por alguna razón Beatrice sonreía victoriosamente. En algún momento, Mimi se agarró a la ropa deportiva de Subaru.

_Mimi: ¡Bien! ¡Entonces treparé yo misma!

_Subaru: ¡Idiota! ¡Bájate ya, harás que me caiga! Petra detenl—¿qué haces?

_Petra: Ah, eh, no es que me dé envidia ni nada. No lo es. Pero ¿le importa si también me subo, Subaru-sama?

_Subaru: Eh ¿¡sí!?

Mientras Subaru cargaba a la niña pequeña, una chica gato y una joven sirvienta lo trepaban incesantemente. Las inocentes travesuras de estas pequeñas no parecían tener final.

Hasta que,

_???: —Y yo que pensaba que les estaba tomando una eternidad volver y aquí están haciendo payasadas en el vestíbulo.

Aquella voz tan fría hizo que Subaru y Petra retomaran la compostura.

Los ojos de Mimi brillaron con curiosidad hacia la persona que los interrumpió, mientras que Beatrice suspiró.

La voz provenía de la cima de la escalera que se encontraba en el vestíbulo. Subaru miró en esa dirección para encontrarse con una chica de pie allí, desde donde podía observar a los cuatro.

Su cabello era rosado, y vestía un atuendo de sirvienta corto. Sus ojos color cereza reflejaban apatía, y aunque lucía adorable, ella no era tierna en absoluto. 

Se trataba de la compañera de Petra, Ram, la líder de las sirvientas de la mansión.

Miró a Subaru con frialdad y dejó salir un breve, insultante y asqueado, Hah.

_Ram: Indecente.

_Subaru: ¡La indecente eres tú por mirarme así y sacar esas conclusiones! ¡Ciertamente esta escena puede lucir cuestionable, pero aun así es una escena reconfortante!

_Ram: Siempre alteras la realidad como más te conviene. Pero, Barusu, no debes olvidar... que yo juzgo únicamente por lo que veo.

_Subaru: Entonces, ¿podrías quitarte tu filtro óptico raro antes de mirar, por favor?

Ram miraba a Subaru con desinterés, claramente sin ganas de escucharle. Ignoró al aturdido Subaru y redirigió su mirada hacia Petra, quien inmediatamente comenzó a temblar.

_Ram: Petra, te dije que trajeras a Barusu por el cuello si era necesario. ¿Te importaría explicarme qué haces en el vestíbulo jugueteando con él?

_Petra: Lo-lo siento. Ram nee-sama.

_Ram: Me parece que no me escuchaste, Petra. Porque, estoy segura de que te lo he preguntado; así que, ¿qué haces holgazaneando en el vestíbulo?

_Subaru: Deja de actuar como un ogro irritado. Soy yo quien estaba tonteando. Petra no tiene culpa de nada.

_Ram: Por supuesto que tiene culpa. Te daré una paliza, Barusu.

_Subaru: ¡Sí que tiene un poquito de culpa!

Estando satisfecha al verle ceder, Ram apuntó con la barbilla hacia la habitación detrás de ella.

_Ram: No hagan esperar a Emilia-sama y al resto. Barusu, a la sala del piso de arriba. Petra, al comedor. Beatrice-sama, acompañe a Barusu.

_Beatrice: Naturalmente, supongo.

_Mimi: ¿Y Mimi qué hará? Oye, oye, ¿qué me toca?

Con mucho arrepentimiento, Petra soltó la manga de Subaru, pero él aún seguía siendo sostenido por la enérgica chica gato. Ram se sacudió los cabellos que tocaban su mejilla.

_Ram: Honorable invitada, le pido que usted también acompañe a Barusu a la sala de estar. Me temo, Mimi-sama, que su acompañante se encuentra intranquilo debido a su ausencia.

_Mimi: Entendido~. Entonce~s volveré, no debí alejarme mucho~.

Incluso Ram era educada cuando se trataba de recibir invitados. Mimi respondió con una risa muy fuerte, pero Subaru escuchó algo que no debía dejar pasar.

_Subaru: ¿Acompañante? Pero ¿no dijiste que venías sola?

_Mimi: Sip, y no mentí nadita. Ni Hetaro, ni Tivey, ni el Jefe, ni Julius ni mi Señorita están aquí. Sólo Joshua. Yo solita vine con Joshua como su secolta, ¿eskoltta?

_Subaru: ¿Escolta?

_Mimi: ¡Eso! ¡Eskoltta!

Mimi sacó pecho con una expresión presumida. Subaru acarició su cabeza antes de volver a mirar a Ram.

_Subaru: Lo siento. Estaba seguro de que sólo se trataba de Mimi. No tenía idea de que estaba haciendo esperar a alguien.

_Ram: Eso parece. Está bien, pero apresúrate. La paciencia de Emilia-sama se acabará pronto.

_Subaru: No quiero ver eso. Bien, nos vemos luego, Petra. Vamos, Mimi.

_Mimi: ¡Sí~!

Subaru se preguntaba quién era este misterioso Joshua.

Debía ser alguien de la facción de Anastasia que Subaru no conocía. Si lo estaban enviando como mensajero, y a Mimi como su escolta, debía ser alguien con un rango considerable.

Debía tener un puesto importante si Mimi se refería a él sin usar honoríficos, pero también podría deberse a cuán indiscriminadamente amigable era Mimi, así que en el fondo eso no indicaba nada.

_Petra: Hornearé las tartas cuando todo lo demás esté listo. Las probará, ¿no es así, Subaru-sama?

Susurró Petra antes de salir rápidamente de la escena.

Frederica seguramente la estaba esperando en el comedor. Subaru no sabía si servirían la comida en la sala, pero sea como fuere, parecía que pasaría un rato antes de que pudiera probar las tartas de Petra.

_Subaru: ¿Quién acompaña a Emilia-tan en la sala?

_Ram: Roswaal-sama aún no ha vuelto, lo cual significa que sólo están presentes Otto y Garf. Si nuestro visitante fuera un asesino disfrazado, Garf sería más que suficiente para lidiar con él.

_Subaru: No creo que tengamos que preocuparnos por ataques directos. Ya le he dicho a Emilia-tan que use a Otto como escudo humano.

_Ram: Si alguna vez me siento en peligro, planeo hacer lo mismo.

No había palabras para describir cómo trataban a Otto. Bueno, en realidad sí que las había.

Como sea, si fueran ellos tres los que estuvieran en la sala con él, Otto seguramente pasaría por una presión muy extrema. Si no dejaban de tratarlo así pronto, probablemente perderían a su valiosísimo Ministro de Asuntos Internos.

_Beatrice: Y nunca obtiene nada a cambio, parece. Ni siquiera me queda claro porqué sigue siendo su amigo, de hecho.

_Subaru: Puede que nadie lo note, pero a Otto y a mí nos une un fuerte lazo de amistad masculina. Sólido como el acero.

_Mimi: ¡Ohh! ¡Sólido como el cacero!

Con un suspiro, Ram los llevó hasta la sala de estar: la primera habitación inmediatamente después de subir las escaleras del vestíbulo. Ram llamó a la puerta, la cual se abrió desde el interior. El rostro que se asomó desde ahí era el de,

_Garfiel: Aquí 'stás, Capitán. 'Stabas tardando tanto que ya hasta 'staba pensando en ir por ti.

_Subaru: Habría sido divertido si todos hubieran salido para eso mismo y hubieran dejado a Otto solo con el invitado.

_Garfiel: Rayos, es cierto. Ya me lo imagino con ataques de pánico.

Garfiel, con su corto cabello dorado, afilados colmillos, y su característica cicatriz en la frente, compartía una risa burlona con Subaru.

Luego apuntó con su barbilla hacia el interior, mientras tenía sus brazos cruzados, aparentemente debía quedarse cerca de la puerta.

_Garfiel: 'Ntra ya. El invitado dice que sólo hablará si 'stás aquí. Otto y Emilia-sama han 'stado intentando darle la bienvenida, pero no hacen más que dar risa.

_Subaru: Me gustaría ver eso.

_Ram: Déjate de tonterías y entra de una vez en la habitación. Ya vamos tarde.

_Subaru: Guh.

Al recibir en la espalda una patada de Ram, Subaru entró tambaleando en la habitación. La extraña postura con la que quedó al entrar logró atraer las miradas de todos los presentes en la sala.

Las emociones que predominaron en ese momento fueron alivio, sorpresa y confusión, respectivamente.

Subaru reprimió la necesidad de empezar a decir excusas que explicaran a los aliviados y sorprendidos individuos de un lado de la sala la razón por la que llegó tarde, y volteó hacia la persona confundida.

_???: …

El remilgado y apuesto hombre le devolvió la mirada a Subaru.

Un atuendo perfectamente hecho a la medida cubría su esbelta figura, y su largo cabello color violeta se encontraba atado en una coleta. Despedía un aura de erudito, y su monóculo sólo amplificaba esa impresión.

Sus ojos amarillos mostraban una mirada afilada, y entre eso y la expresión que tenía mientras miraba al rostro nada familiar de Subaru, era evidente su desagrado.

Ninguno de los dos le dio una buena primera impresión al otro.

_Hombre: ¿Y esta persona es…?

El joven invitado fue el primero en hablar.

Desvió su mirada de Subaru y la dirigió hacia las personas sentadas frente a él. Fue la hermosa chica de largo y sedoso cabello plateado la que asintió y le respondió.

_Emilia: Claro. Me disculpo por su tardanza. —Él es mi Caballero, Natsuki Subaru.

Un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Subaru.

Las palabras Mi Caballero eran sencillamente tan maravillosas que lo dejaban cautivado cada vez que las oía.

_Hombre: ¿D-Debería mencionar que luce un poco perdido…?

_Beatrice: Subaru. Deja de hacer caras raras, supongo. Pensará que eres rarito… ¿Eh? Estás aplicando algo de fuerza, de hecho. No, más bien, aprietas demasiado fuerte — ¡Suba-Subaru! ¡Due—! ¡Eso duele, supongo!

 _Subaru: —¡Ahh! Ah, lo siento. Estaba en las nubes.

Casi apretó a Beatrice hasta matarla sin darse cuenta para ignorar ciertos sentimientos. Un Abrazo de Beako, también conocido como Abrazo de Oso. Eso era.

Como sea. El invitado miraba con escepticismo a Subaru mientras éste aclaraba su garganta y bajaba a Beatrice.

_Subaru: En efecto, es justo como han dicho hace unos instantes, me llamo Natsuki Subaru. Sirvo a Emilia-sama como su Caballero, cuya presencia ya notó frente a usted. El placer es todo mío.

_Hombre: …

Su atuendo lo hacía parecer un poco desaliñado, pero sus modales demostraban perfecta etiqueta. Solía pensar con cinismo sobre las actitudes pretenciosas de los caballeros, pero ahora que era él quien debía hacerlo, se dio cuenta de que sorprendentemente le funcionaba bien.

No se traba de si le quedaba bien o no. Sino que así se sentía mucho más como un caballero.

Y la presión, el saber que un solo error lo podría convertir en el hazmerreír, le daba a esa seriedad tan rígida un significado.

Bajo la tutela de Garfiel, cuyo conocimiento era extenso gracias que era un fanático de los Caballeros, Subaru logró adoptar la etiqueta que le daba la gracia necesaria que era de esperar de un caballero.

Subaru dio un breve vistazo a la puerta para ver a Garfiel, quien lucía satisfecho.

Garfiel notó la mirada de Subaru y entonces le mostró el dedo de en medio. Subaru le enseñó ese gesto, pero obviamente lo estaba usando mal. Puede que sea un buen profesor, pero Garfiel era un pésimo estudiante.

_Hombre: Agradezco su cortesía. Soy… Mi nombre es Joshua Euclius, un mensajero enviado por parte de Anastasia Hoshin-sama.

_Subaru: Así que Joshua-san. Qué buen nombre. En cualquier caso, me disculpo por tan inadmisible impuntualidad. Permíteme… ¿Euclius?

A mitad de semejante refinada interacción diplomática, Subaru de la nada ladeó la cabeza frente a un nombre familiar. Joshua asintió mientras decía: Sí. 

_Emilia: Así es, Subaru. Joshua es el hermano menor de Julius. Ambos apoyan a Anastasia, ¿no te parece muuuy maravilloso?

Dijo mientras reía, sus modales impolutos habían desaparecido, hablando ahora en un tono mucho más informal.

Su expresión mientras miraba a Subaru reflejaba cómo era ella de verdad, al natural. Subaru suspiró, y miró de manera poco respetuosa a Joshua mientras se sentaba frente a él y al lado de Emilia, naturalmente.

_Subaru: Vaya, así que eres el hermano menor de Julius. Ahora que lo mencionas sí que se parecen. Comparten la misma desdeñosa… digo, fuerte, mirada. Y también la burlona… digo, elegante, sonrisa. Así como ese cabello con el color de las llamas del abismo… digo, ese hermoso tono de cabello.

_Otto: ¡Si tienes que corregirte todas las veces mejor no lo digas!

Dijo Otto, incapaz de seguir escondiendo el sudor que corría por su frente.

Él era el Ministro de Asuntos Internos de la Facción de Emilia; o más bien, él era el único capaz de ser esa clase de ministro, y por eso tenía el puesto. Pero, como mediador, era un inútil.

_Subaru: ¿Perdiste peso?

_Otto: ¡La vida aquí es una sucesión constante de emociones, ¿vale?! Cuando esta clase de cosas ocurren tan continuamente, la fatiga mental me deja demasiado cansado como para querer ejercitar, ¡y por eso acabé esquelético! ¡Esquelético!

_Mimi: ¡Eskkelétiko! ¡Eskkelétiko!

Dijo Mimi alegremente, sin darse cuenta de que estaba enervando a Otto aún más.

Aparentemente lo único que evitaba que Otto le respondiera era el hecho de que Mimi era la acompañante del invitado. Pero ella no le prestó ni la más mínima atención mientras corría de manera infantil hasta su asiento, junto a Joshua.

Beatrice también miraba los asientos.

Pero Subaru, Emilia y Otto estaban ocupando todo el espacio que se encontraba frente a Joshua y Mimi. Bien podrían pegarse un poco para hacerle un espacio a Beatrice, pero luciría patético. Así que Beatrice prontamente decidió sentarse en el regazo de Subaru.

Subaru, de la manera mas natural del mundo, puso sus brazos alrededor de la cintura de Beatrice para asegurarse de que ella no se cayera.

_Subaru. Bien, ahora sí, a lo que hemos venido a conversar…

_Joshua: ¡U-Un momento, por favor! ¿Quién es esta chica?

Y de la nada, Joshua estaba demasiado nervioso como para hablar.

Apuntaba su dedo hacia Beatrice, quien se encontraba sentada en el regazo de Subaru, y se inclinó hacia delante tan repentinamente que su monóculo se salió de su lugar.

Parecía que no tenía la serenidad de Julius.

Subaru decidió que esa personalidad era más preferible que la de Julius, mientras que Mimi decidió hablar.

_Mimi: Ay Joshua, no sabes nada. Ella es Beako, la bebé de Subaru. Está clarísimo. ¿Y la de al lado es la mami y el otro es el kriado?

_Otto: ¿¡A quién llamas criado!? ¡Estoy bastante seguro de mi posición en este lugar, así que ¿te importaría no llamarme así, por favor?!

_Mimi: ¡Kriado! ¡Kriado! ¡Ohhh! ¡Suena a nombre de mabestia!

Las suplicas de Otto no surtieron efecto alguno sobre Mimi, la encarnación de la inocencia e ingenuidad.

Nadie se molestó siquiera en hacerle caso a Otto, quien se encogió de hombros. Subaru puso su mano sobre la cabeza de Beatrice.

_Subaru: Lamento no haberla presentado antes. Es que estamos tan acostumbrados a sentarnos así que olvidé por completo mencionarlo.

_Emilia: Otto-kun también olvidó mencionarlo. A mí también me resultó inopinado.

_Subaru: ¿Quién dice "inopinado" hoy en día?

Esa era la manera de hablar de Emilia, pero Subaru aun así estaba de acuerdo. Y Otto ya debía estar acostumbrándose a esta vida, porque ya estaba empezando a olvidar interceder con el sentido común. De todas formas, no se trataba de algo malo.

_Subaru: Ella es Beatrice. Lo que dice Mimi es cierto, ella es nuestra hija, de Emilia y mía.

_Joshua: ¿¡Qué!?

Dijo Joshua, atónito.

_Emilia: Por todos los cielos, Subaru. Sabes que eso no es verdad. Mira cómo dejaste a Joshua. Sé que ya nos hemos besado, pero así no es como se hacen los bebes. He estudiado.

_Subaru: Ah, lo lamento, Emilia-tan. Pero creo que acabas de revelar un asunto muy privado. Bueno, yo empecé este lío, así que me corresponde presentarla como se debe.

_Beatrice: Es lo que te mereces por usarme para bromear, de hecho. Más te vale estar arrepentido, supongo.

Subaru le mostró una sonrisa nerviosa a Emilia y Beatrice.

La confusión de Emilia respecto a cómo se hacen los bebes sólo había sido rectificada en "no ocurre tan solo por un beso". Subaru no podía profundizar más al respecto, imaginándose la tremenda sorpresa que Emilia se llevaría. Las mujeres de la facción, entonces, decidieron que lo mejor sería esperar hasta que ella tuviera una madurez mental mayor.

Básicamente, todos estaban actuando de forma sobreprotectora.

_Joshua: Ehh, entonces ¿la verdadera posición de la señorita Beatrice es…?

Joshua se acomodó su monóculo, abrumado por el trato de los miembros de la Mansión Roswaal. ¿Acaso la forma desgobernada y frenética con la que actuaban no se parecía bastante a de la Facción de Anastasia, la cual tenía a los Colmillo de Hierro?, se preguntaba Subaru.

_Subaru: Lamento que la conversación siga desviándose. Aunque Beatrice parezca una adorable niña ordinaria, en realidad ella es un espíritu con el que tengo un contrato. Una loli-abuela.

_Beatrice: Así es. Soy un espíritu, de hecho. Y puedo darme cuenta de que te burlas de mí al llamarme "loli-abuela", supongo.

Beatrice apartó la mano de Subaru y se acomodó la cabeza bajo la barbilla de Subaru. Ya se había vuelto bastante buena en el subarunés, haciendo que estos deslices verbales generalmente fueran inadmisibles.

"Loli-abuela" era evidentemente la combinación de "loli" y "abuela", y era un término que Subaru ya le había explicado, así que naturalmente lo entendería.

La reacción de Joshua a las interacciones enternecedores entre Subaru y Beatrice era extrema.

Su hasta ahora expresión reservada pero a la vez encantadora se había vuelto rígida.

_Joshua: —Ya veo. Una espíritu.

Ninguno de los que escucharon ese susurro podrían entender los sentimientos que contenía.

No era que estuviera escondiendo sus emociones. De hecho, era todo lo contrario. Era una emoción tan compleja y compuesta, que era imposible entender la parte más básica de ésta.

Pero todos pudieron darse cuenta de que no se trataba de algo muy amigable.

_Garfiel: Oye, señor invitado. ¿Tienes algún problema con que el Capitán tenga a un 'spíritu con él?

Garfiel había heredado el antiguo papel de Subaru, el cual era portarse altanero con todos.

Mientras los demás pensaban en cómo enfrentar el problema, él se lanzaba de forma temeraria.

Joshua sacudió su cabeza mientras decía: No, no es nada.

_Joshua: Es sólo que, me sorprendió que Natsuki-dono fuera un Caballero Espiritual. Ya que, como estoy seguro de que ya saben, mi hermano también es un Caballero Espiritual. Se trata de un título tan raro, que prácticamente se podría decir que él era el único en esta nación que lo poseía.

_Subaru: Sí, ya lo sabía. Porque, cuando luchamos contra el Culto de la Bruja, él… eh, pues; él me ayu… ayu-ayud— ghk. Me ayudó, mu-cho…

_Otto: ¿¡De verdad estás tan reacio a aceptar que te salvó!?

No. Pero recordar sus conflictos con Julius hacía que se sintiera extraño decirlo, y hacía que las viejas heridas de la paliza que le dio volvieran a doler.

_Beatrice: Ya había escuchado sobre otro caballero que usa espíritus, de hecho. Pero qué curiosa coincidencia que se trate de tu hermano, supongo.

_Joshua: ¿A qué se refiere con "curiosa coincidencia", espíritu-sama?

_Beatrice: Es obvio a lo que me refiero, de hecho. Los predecesores serán superados tarde o temprano, parece. Lo mejor que podría pasarle es convertirse en una decoración para el glorioso camino que Subaru y Betty— ¡Nhaaha!

_Subaru: No busques pelea con alguien que acabamos de conocer. Además, no tengo nada en contra de Julius. Jamás podría superarlo en su especialidad. No gano a las personas que se les da bien los rompecabezas retándolos a resolver rompecabezas, sino que les reto al Mario Kart.

Subaru despeinó el cabello de Beatrice y le hizo una pequeña reverencia con la cabeza a Joshua mientras obligaba a Beatrice a hacer lo mismo.

_Subaru: Me disculpo. No estaba tratando de burlarme de tu hermano. O más bien, soy consciente de que mis capacidades son inferiores a las suyas. Esta espíritu de aquí tiende a ser una fanfarrona.

_Joshua: Una admirable y precisa declaración. Al compararte con mi hermano, es natural que reconozcas tu inferioridad.

_Subaru: ¿Eh?

Subaru estaba tratando de cerrar el asunto de la forma más madura posible, pero la inesperada arrogancia de Joshua hizo que la situación volviera a ser precaria.

Ignorando a Subaru que estaba frunciendo el ceño debido a la confusión, el monóculo de Joshua reflejó la luz perfectamente.

_Joshua: Sí. Mi hermano es alguien sobresaliente. A la corta edad de veinte años es el segundo caballero más capaz de todos los Caballeros Imperiales, la élite de la Orden de los Caballeros del Reino. Sus actuales servicios en apoyo a Anastasia-sama lo alejan ligeramente de su puesto como Caballero Imperial, pero cuando sus deseos se lleven a cabo, tendrá un lugar asegurado como Líder de los Caballeros Imperiales. Tiene una fuerte relación de amistad con el gran Santo de la Espada Reinhardt, y siempre mantiene una postura y personalidad intachables tanto en público como en privado. Es siempre estricto consigo mismo y con los demás, disciplinado, ambicioso y siempre en busca de mejorar. Su hermosa apariencia cautiva a cualquier mujer, y su personalidad es igual de impecable. Sí. Mi hermano es alguien excepcional. Comparado con él, no eres nada.

_Subaru: …a, ah.

Joshua hablaba con fervor, su rostro estaba enrojecido mientras seguía expresándose sin parar.

Subaru no tenía manera de responder, y Beatrice también sentía que debía retroceder. Garfiel y Otto permanecieron en silencio, con la incertidumbre de si esto se pondría violento o no, y Mimi estaba demasiado ocupaba comiendo tentempiés como para poder ayudarles.

Sólo había una persona capaz de contrarrestar el larguísimo discurso de Joshua.

_Emilia: Jeje. Joshua, quieres muuucho a tu hermano Julius, ¿no es así?

En esta habitación había un ángel que siempre veía todo positivamente.

Sus palabras hicieron que Joshua se diera cuenta de lo que estaba diciendo, haciendo que su rostro se enrojeciera más por vergüenza que por emoción. Aclaró su garganta, recuperando la compostura.

_Joshua: Mi-Mil disculpas. Puede que me haya propasado. Tengo ciertas dificultades para controlarme cuando se trata de mi familia.

_Emilia: No, no, está bien. Me gustaría escucharte hablar más sobre Julius. Sólo me lo he encontrado escasas veces en la Capital, así que me gustaría saber más cosas de él.

_Joshua: ¿¡E-En serio!? Bueno, tengo muchos recuerdos de él y yo que—

_Subaru: ¿¡Qué tal si lo dejamos para otra ocasión, y finalmente vamos al motivo de tu visita!? ¿¡No les suena genial!? ¿¡Otto!? ¿¡Garfiel!?

_Otto y Garfiel: ¿¡Eh!?

Subaru los interrumpió, obligando a los otros dos a entrar en la conversación en la que de ninguna manera querían participar.

Pero rápidamente asintieron con la cabeza.

Fue entonces cuando Joshua se dio cuenta de que la conversación se había desviado mucho.

_Joshua: B-Bien, dejaremos las historias sobre la magnificencia de mi hermano para otro momento. También tengo que… Así mismo debo cumplir con mi deber y reunirme con Anastasia-sama en breve.

_Emilia: De acuerdo. Lo espero con muuuchas ansias. Bueno, nos tomó mucho rato llegar a esto. …Entonces, ¿cuál es el propósito de tu visita?

El nerviosismo de Joshua seguía siendo evidente mientras fingía estar tranquilo, mientras que Emilia fácilmente volvió a su actitud de Candidata de la Selección Real.

Sus tonos de voz bajaron, devolviendo la tensión a la sala de estar. Emilia podía generar tensión de esta manera debido a que había logrado reconocer que estaba aspirando a un puesto de carácter político.

_Joshua: —Como mensajero de la mujer a la que sirvo, Anastasia Hoshin-sama, estas palabras son dirigidas a usted, Emilia-sama.

La densa tensión logró que la expresión de Joshua recuperase su elegancia inicial. Se puso la mano en el bolsillo, sacando de ahí una carta, y entonces la puso sobre la mesa.

La abrió. Mirando la escritura en tinta negra.

_Joshua: Anastasia-sama desea invitarla a usted y a todos sus compañeros a la ciudad de Priestella.

_Emilia: Una invitación a Ciudad Priestella… Priestella es la Ciudad de las Compuertas, ¿verdad? La gran ciudad que se encuentra cerca de la frontera entre el Reino de Lugnica y las Ciudades-Estado de Kararagi.

_Joshua: En efecto. Anastasia-sama está residiendo ahí temporalmente, en lugar de estar en la Capital… y desea invitarla.

Joshua hizo una reverencia con la cabeza.

Emilia dirigió su mirada hacia Subaru. Obviamente esa mirada quería decir algo como: ¿Qué opinas?

Subaru compartía la misma sensación con Emilia al respecto. Todos sabían que Anastasia residía en una mansión en el distrito noble de la Capital cuando se encontraba en Lugnica. Mimi mencionó que se trataba de una invitación a una fiesta, así que Subaru tenía la certeza de que se llevaría a cabo en esa mansión.

_Joshua: Priestella es un lugar pintoresco. La ciudad ya es distintiva por sí misma, y se ha convertido en un destino turístico muy popular. Anastasia-sama se encuentra encantada y muy relajada en ese lugar.

_Subaru: Sería genial si tan solo nos estuvieras llevando a visitar un agradable lugar, pero… no es así ¿verdad? Emilia y Anastasia no son amigas.

Si la memoria de Subaru no le fallaba, Anastasia había sido particularmente dura con Emilia durante las discusiones en el Palacio. Las candidatas más despiadadas con Emilia habían sido ella y Priscilla. Crusch sencillamente no era racista, y Felt estaba en deuda con Emilia. Así que, aunque Anastasia había ayudado durante las batallas contra la Ballena Blanca y el Culto de la Bruja, la opinión personal de Subaru sobre Anastasia no era buena precisamente.

Así que dudaba que esta invitación fuera alguna clase de gesto sincero.

Como si estuviera dándole la razón a esas dudas, una sonrisa se dejó ver en el rostro de Joshua. 

Y entonces,

_Joshua: Anastasia-sama desea invitarla de buena voluntad. Ella ha averiguado que el valioso objeto que usted está buscando se encuentra en Priestella.

_Emilia: ¿Lo que estoy buscando?

En el instante en que Emilia comenzó a mostrar interés, la expresión de Otto, con su experiencia como comerciante, prácticamente gritaba: ¡La tiene en el bote! Y esto le dejó a Subaru en claro que Joshua se había robado el dominio de la conversación antes de que pudieran detenerlo, pero aún no podía ver a dónde se estaba dirigiendo todo esto.

Y en ese pequeño lapso de tiempo, el oponente tomó control total de la conversación.

Y sonriendo, Joshua dijo:

_Joshua: —En Ciudad Priestella hay una tienda que vende piedras mágicas, y entre ellas, yace la piedra mágica incolora de alta calidad que usted desea. Me parece que usted está buscando un ancla para el Gran Espíritu, ¿o me equivoco?

— En el instante en que Joshua tomó el control, la Facción de Emilia estaba destinada a partir hacia Priestella.


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