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53.87% Re: zero arco 3, 4, 5. / Chapter 271: La piedra de kwein no se puede levantar sola. Parte3

章節 271: La piedra de kwein no se puede levantar sola. Parte3

_Garfiel: ¡Te… tengo!

Subaru extendió su brazo derecho en un intento de recuperar su izquierdo, pero entonces Garfiel sujetó su hombro. Aunque quizás haya perdido la fuerza para desgarrar o patear, no había perdido la fuerza para sujetar. Con una aplastante fuerza, suficiente como para destrozar una roca, Garfiel destruyó el hombro derecho de Subaru, incluyendo los huesos.

Un sordo crujido resonó a través de la atmósfera junto a los gritos silenciosos de Subaru.

La parte superior de su brazo izquierdo había sido desgarrada y su hombro derecho tenía los huesos rotos, ambos habían perdido sus capacidades motrices. Con sus brazos incapacitados, los ojos de Subaru se abrieron cuando Garfiel lo golpeó, haciéndolo caer.

_Garfiel: ¡Es el fin! ¡Ahora no hay naa' que puedas hacer! Lo que debí haber hecho era esto… ¡Convertirte en una jodida sardina desde el principio!

Viendo a Subaru retorciéndose en el suelo, las mejillas de Garfiel se retorcieron en victorioso júbilo. Se paró con sus pies inestables antes de levantar la cabeza al cielo, a la vez que gritó.

El aullido de un animal, una canción de triunfo. Ahora Subaru sólo podía esperar a ser pisoteado, acabado, y—

_Subaru: …Cuántas veces te lo tengo que decir. ¡Que no decidas mi final!

Un cabezazo impulsado desde abajo golpeó a Garfiel en la nariz, haciendo que sus ojos dieran vueltas.

Obviamente tropezó. Subaru se levantó con sus brazos colgando flojamente. Era imposible. Ridículo. Ésta no era una cuestión de fuerza de voluntad, sino que era un problema de una dimensión completamente diferente.

_Subaru: Mi final, y tu final… ninguno está decidido todavía.

_Garfiel: M-maldito… no me jodas… no te atrevas a levantarte. Deja de levantarte… mi asombroso ser…

El rostro de Garfiel se retorció en agonía mientras retrocedía un solo paso del erguido Subaru. Como si le tuviera miedo, a él que era incapaz de usas sus brazos y solamente capaz de pararse como estaba ahora.

_Garfiel: ¡Qué mierda logrará esta persistencia tuya! ¡La gente aquí, hasta el último d'ellos! ¡Cada uno d'ellos es un despojo sin esperanzas! ¡El exterior los rechazó, y éste es el único lugar que tienen! ¡Ellos van afuera, ¿y qué?! ¡¿Qué les sucederá?!

_Subaru: Sal de aquí, y serás algo. Si vas a estar aquí para morirte pacíficamente, entonces inténtalo. Pero ya ninguna de esas opciones estará disponible aquí.

No importaba cuánta fuerza tuviera Garfiel ni cómo peleara: no cambiaría el futuro próximo.

Garfiel por sí solo no podía parar la amenaza que presentaba el Gran Conejo. No importaba cuánto lo intentara, él fallaría en salvar a un mínimo de gente. Y cada vez que esa cantidad aumentase, él perdería su fuerza, hasta que tarde o temprano fuera derrotado por el hambre insaciable.

Si Subaru pudiera contarle acerca de dicho futuro, quizás podría ponerse en acción.

Pero eso no significaba que cambiaría su mentalidad.

Solamente sería un impulso temporal. Su corazón se quedaría sellado dentro del Santuario. Cuando supiera que el peligro había pasado, él regresaría aquí, y seguiría pretendiendo que este lugar era un paraíso mientras se sumergía en un estancamiento.

Ignorando el empujón en su espalda, ignorando las manos que se le ofrecían, ignorando todo eso, Garfiel Tinsel fingiría el luto por la muerte de su madre, consolándose incesantemente.

_Subaru: Deja este lugar, Garfiel. Este obstáculo del que estás asustado no existe.

_Garfiel: ¡Hay un obstáculo! ¡Es mi asombroso ser! ¡Mi asombroso ser es un obstáculo inevitable, separando el mundo interior y el exterior! ¡Mi asombroso ser, y Nana, y los demás! ¡Todos nos detuvimos! ¡Ya es el fin para nosotros!

Ellos se dieron por vencidos. La gente del Santuario temía la conexión con el mundo exterior, atrincherándose en su paraíso, y rindiéndose en contactar con el mundo más allá del bosque.

Y Garfiel estaba intentando proteger ese encerrado paraíso. Afirmó que lo haría.

Eso era equivalente a dejar que sus vidas fueran consumadas. Todo por culpa de una persona, yendo y haciendo cosas por su cuenta.

_Subaru: Entonces romperemos ese obstáculo... ¡Aquí y ahora, nosotros!

_Garfiel: ¡Ese hombre! ¡Y Ram! ¡¡Los he puesto a dormir! ¡Y tú vas a acabar igual! ¡Ese nosotros del que hablas ya no existe! ¡Aquí estará el final para mi asombroso ser y para todos ustedes!

_Subaru: ¿Piensas que es jodidamente inteligente rendirse? ¡Es jodidamente obvio que es más genial no hacerlo! ¿Piensas que cuando abandonas todo y te detienes, significa el final para ti? ¡Sólo toma un pequeño descanso y vuelve a caminar otra vez! ¡La oportunidad para seguir adelante te visitó hace muchos años ya!

Garfiel experimentó una Prueba que provocó que temiera al mundo exterior, sin embargo, Lewes y Frederica lo amaron.

Frederica eligió caminar en ese mundo exterior, para crear un lugar donde la gente del Santuario pudiera vivir cuando la barrera se rompiese algún día.

Ella se había girado para mirar atrás, y ofrecerle su mano a Garfiel.

Ella había visto a un Garfiel detenido, y le había ofrecido caminar de nuevo.

Por supuesto. Después de todo, Frederica era la hermana de Garfiel.

Cuando un hermano pequeño se encuentra atrapado en llanto, son las hermanas mayores quienes les tienden la mano.

_Subaru: Dijiste que Frederica fue al mundo exterior y te dejó atrás. Pero estás equivocado. Estás absolutamente equivocado, Garfiel. No estás ligado a la barrera. Si quisieras seguirla, podrías ir en cualquier momento. ¡Eres tú el que abandonó todo!

_Garfiel: …Mi asombroso ser.

_Subaru: ¡Eres tú el que se alejó primero, Garfiel! ¡Pero jodes y jodes y jodes con que fue la culpa de tu hermana! ¡¿No crees que es jodidamente patético?!

El interior de su pecho ardía. ¿Qué demonios estaba diciendo? Estaba empezando a perder la compostura.

En las profundidades de sus entrañas, en ese núcleo, algo oscuro se retorcía.

La puerta sobrenatural bajo su ombligo, que conectaba a Subaru con el mundo exterior, había perdido su función.

Entonces, ¿qué era exactamente ese dolor que afirmaba su presencia en el fondo de su cuerpo justo ahora?

Aún inseguro de su cabeza, de su cuerpo, de este hombre delante suyo, Subaru gritó.

_Subaru: ¡En cualquier ocasión! ¡En cualquier momento! ¡Cuando quieres actuar! ¡Cuando quieres cambiar! ¡¡El instante en el que piensas, eso marcará la línea de partida!!

Sufrir el fracaso, perderlo todo, revolcarse en resignación y parar, abrazar tus rodillas y acurrucarse.

Incluso si la decepción de uno mismo, la decepción de los demás, la sensación de ser aislado causada por ser abandonado por tus seres queridos; todo eso se sentía como si te empujaran desde lo más profundo, y te quedaras estancado por pensar que no vales nada.

_Subaru: Levanta la cabeza otra vez, camina por el camino enfrente de ti. ¡Nadie puede obligarte a que te rindas!

¡Abandonar! ¡Renunciar! ¡Rendirse!

Idioteces. Todo eso es tan absurdo, que no merece ninguna atención.

Si hay alguien abrazándose las rodillas, y sientes el capricho de gritarle, es mejor que le apoyes.

¡Da todo lo mejor de ti! ¡Tú puedes hacerlo! No sé qué te ocurre, pero si te levantas y sigues corriendo, llegarás a alguna parte.

—Su pecho ardía.

_Subaru: ¡¿Me equivoco, Garfiel?!

Él pronunció el nombre de la persona delante suyo, el cual tenía unos débiles ojos vacilantes y una cara pequeña.

—Sus entrañas ardían.

_Subaru: ¡¿Me equivoco, Emilia?!

Él pronunció el nombre de la chica detrás suyo, la cual bajó la mirada hacia él, con su compostura en el límite entre la debilidad y alguna otra cosa.

—Sus ojos derramaban esa sensación de tristeza.

_Subaru: ¡¡Di— ¿Me equivoco, REM?!!

Levantó la cabeza, con la boca abierta y los ojos abiertos de par en par. Subaru pronunció el nombre de la persona que le dio los ánimos para que no se detuviera.

Le había enseñado que darse por vencido y llegar a un punto muerto no debería significar el final.

Natsuki Subaru deseó que el poder que se le dio ese día alcanzase a todas y cada una de las personas.

_Subaru: —

Un poder que no le pertenecía a Subaru se retorció dentro de su cuerpo, chillando su llanto de nacimiento.

Alentando el hecho de su nacimiento, y dándole la bienvenida.

Con Natsuki Subaru como un intermediario, otra vez se conectó al mundo.

Calor, derramándose.

En el centro del cuerpo de Subaru, un calor ardiente le quemaba.

En el espacio delante de Subaru, cuyos rojizos ojos derramaban sangre escarlata, algo se arremolinaba y tomaba forma, manipulando el mundo.

_Garfiel: ¡Mi asombroso seeeer!

Garfiel saltó.

Alzó sus garras para cortar, desnudó sus colmillos para mostrarlos, sin usar más las palabras, sino las acciones, para negar las afirmaciones de Subaru.

Incapaz de hilvanar palabras, incapaz de dar forma a sus sentimientos, este era el único método que podía concebir.

No sabía nada más. Y así, Garfiel alzó sus garras contra Subaru.

El calor que se derramaba del sangrante Subaru se congregaba justo enfrente de él, pero no se daba cuenta.

Justo enfrente de Subaru, hacia el cual Garfiel estaba saltando, apareció una deformación en el espacio, una fisura inconcebible en el mundo, pero él no se daba cuenta.

—No se daba cuenta de la abrumadora fuerza extendiéndose desde esa fisura.

Naturalmente. Él no podía verla. Más bien: nadie excepto Subaru podía verla. Porque esa cosa, con la que sólo Subaru podía interferir, era la mano oculta.

_Subaru: —

El mundo parecía moverse en cámara lenta.

Esta sensación era muy familiar para Subaru. Ya que, al estar al borde de la muerte, o en el instante antes de sufrir una herida fatal, o cuando sufría un castigo por expresar el tabú del Retorno por muerte, siempre aparecía para causarle dolor y eso le deprimía.

Pero, a diferencia de aquellas veces, esta ilusoria sensación estaba presente solamente por el bien de Subaru.

Veía muy claramente a Garfiel, quien se acercaba cada vez más.

Lleno de hostilidad—pero, también mostraba el berrinche de un niño.

Subaru concentró su mirada en la barbilla de Garfiel.

De alguna manera, lo sabía. Antes de hacer que suceda, entendió algo.

Únicamente tenía que fijar su objetivo, y dejar que la cosa de la que él estaba tirando, se soltase. Sólo eso, y seguramente sucedería algo.

—Y entonces Subaru lo hizo.

_Garfiel: ¡¿—?!

Ese poder desatado gritó en júbilo, atacando al indefenso Garfiel desde abajo.

El extendido torrente de fuerza tomó la forma de un puño, extendiéndose en la forma de un brazo, el cual soltó un puñetazo en el rostro de Garfiel a mitad de camino de su salto, lanzándolo hasta el cielo.

_Garfiel: ¡¿—qu, qué?!

Golpeado por un ataque completamente imprevisto, Garfiel no logró estabilizarse al golpearse en el suelo por la caída.

Dio vueltas hasta detenerse, tirado sobre la tierra. Subaru entendió que había lanzado el golpe decisivo.

Simultáneamente, una increíble cantidad de algo le fue arrebatada de su interior.

_Subaru: Euhg, auh… au,

Cayó de rodillas, su cuerpo doblándose mientras vomitaba todo lo que podía. Pero no salió ni una sola gota de sangre o bilis. Ni una gota de escarlata o saliva, nada extraño quedaba dentro de él. Eso era un golpe final, después de tanto esfuerzo.

El torrente de poder liberado y dispersado inmediatamente después de golpear a Garfiel.

Su fuente probablemente permanecía dentro de Subaru incluso ahora, pero no sentía que pudiera sacarlo. Como mínimo, el presente Subaru carecía de más cartas que jugar en su mano.

Si usaba ese brazo más de lo que ya lo había hecho, necesitaría sacrificar más todavía.

Pero, dado que la pelea había finalizado, por el momento esa necesidad era—

_Subaru: Vamos… no puede ser.

_Garfiel: —No… me sub'es,times…

Destrozado y rondando la inconsciencia.

Su visión se nublaba y estaba tan exhausto que cualquier parpadeo podría ser el último.

Había gastado increíbles energías, pero Garfiel Tinsel, con un terrible sangrado nasal fluyendo por su rostro, volvía a estar de pie.

_Subaru: En serio, qué duro eres de pelar… 

_Garfiel: Si mi asombroso ser no… no parará, no ha, no ha terminado…

La consciencia de Garfiel ya estaba a mitad de camino de irse.

Su mirada desenfocada parecía mirar a Subaru aunque no lo miraba en absoluto. Su tenacidad estaba permitiendo a Garfiel continuar en pie, rechazando perder.

Seguramente, Subaru podría empujarlo y eso derribaría a Garfiel.

Pero Subaru también carecía de la fuerza para ejecutar ese ataque. Estaba a diez segundos de perder también la consciencia, siempre y cuando no recibiera un golpe.

Ambos se habían esforzado hasta más allá del límite, habiendo usado todo el poder de su posesión para alcanzar el mejor final para cada uno.

Siempre había sido verdad para Garfiel, pero inequívocamente también para Subaru, todas sus estrategias habían terminado.

Si Otto y Ram no hubieran agotado a Garfiel, Subaru probablemente no habría sido capaz de llegar tan lejos.

Fue ingenuo por pensar que él podría hacer algo siempre y cuando tuviera el cristal azul como su As escondido. Ayudarse a mantenerse consciente, y debilitar a Garfiel hasta el extremo; incluso con ambas estrategias, Subaru seguramente no lo habría logrado.

El cristal azul en el hombro de Garfiel centelleó.

Parecía un incentivo y una reprimenda para un Subaru a punto de hundirse en el fracaso, quien, involuntariamente, se encontró a sí mismo cerca de dar una sonrisa irónica.

Subaru, el cristal, Otto, Ram.

Todo ese poder combinado, y ellos aun así no podían derrotar a Garfiel. Él era, sin duda, fuerte. Subaru sinceramente reconocería eso. Y entonces,

_Garfiel: Y ahora, tú…

_Subaru: No… pienses mal de esto, Garfiel. Dije que estamos rompiendo ese obstáculo.

_Garfiel: No hay nadie…

Con pasos inestables, Garfiel se acercó a Subaru.

Su brazo se alzó a lo alto y, en su punta sucia de sangre, había garras sin brillo. 

Si esas garras lo alcanzaban, Subaru alcanzaría su final. 

Garfiel puso toda su concentración en este ataque.

Y por eso, no se dio cuenta de lo temblores y el ruido de lo que se aproximaba.

—El impulso final, para asegurar la derrota de Garfiel.

_Garfiel: ¡¿Ter,minado?!

_ ???: ¡— ϡ!

Ahogando su grito venía el majestuoso rugido de un dragón de tierra.

El dragón negro embistió con la cabeza contra un Garfiel indefenso, golpeándolo por el costado y mandándolo a volar.

_Garfiel: —¡¿Gaugh?!

Golpeado con un impacto que literalmente lo mandó lejos, el sorprendido Garfiel salió disparado tan fácilmente como una piedrecilla al ser pateada.

Rebotó una, dos, tres veces en la tierra, levantando nubes de polvo y amontonándose en suciedad antes de quedarse tirado boca abajo en el suelo.

No se retorció ni una pulgada.

Viendo esto, el contribuidor del despiadado ataque final arqueó su cabeza, rugiendo.

_Subaru: ¿Qué piensas, Garfiel…?

Al lado de Patrasche, mientras ella bramaba por la victoria, Subaru llamó al caído Garfiel. Con una voz tan frágil, que era cuestionable que Garfiel la hubiera escuchado.

¿Cuál fue la llave que decidió esta batalla?

Era simple: en una pelea contra el poderoso Garfiel, el débil Subaru no peleó solo. Lo que significaba que,

_Subaru: Este—es el poder de la numerosidad.

_Garfiel: Debe de haber, otras… malditas, maneras de, decir eso…

Inmóvil, Garfiel respondió agriamente a las palabras de Subaru, cuyas mejillas se relajaron ligeramente al escucharle.

_Subaru: Bueno, es una combinación de los sentimientos de todos, una victoria por vínculos.

_Garfiel: Haah… es como, la piedra de Kwein no puede alzarse sola…

Con eso dicho, Garfiel se quedó en silencio.

Viendo ese hecho, Subaru comprendió su victoria definitiva, antes de mirar al cielo.

_Subaru: Finalmente escuché un dicho con sentido…

Con esa satisfecha declaración, abandonó toda consciencia y se dejó caer.


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