Recibir la noticia de que padeces cáncer no es lo suficientemente desgarrador?
¿No te darían las ganas de acabar con todo de una buena vez?
¿Seguirías siendo fuerte hasta el final?
¿Era aceptable rendirse?
Todas esas preguntas se formulaban en la mente de Joel, un chico que es diagnosticado con cáncer de estómago a sus cortos diecinueve años. Normalmente un chico de su edad estaría disfrutando de la larga vida que le espera, con esa juventud, con esas energías que sólo un joven tiene.
¿Acaso no era un castigo lo bastante severo? o ¿se lo merecía?
-Joel, no puedo dejarte ser feliz, vas a sufrir como no tienes una idea.- El viento le susurró esas palabras a Joel, definitivamente la vida estaba en su contra o tal vez no, sin embargo, lo que era seguro es que la vida lo odiaba.
Pero quiero recalcar que el cáncer no sólo ataca a Joel y destruye su vida, digamos que innumerables tragedias lo esperan, porque como dije, la vida odia a Joel, era obvio que no lo iba a dejar en paz hasta verlo miserablemente infeliz.