La ayudé a bañar y ella se quedó en silencio, ni siquiera quiso mirarme. Tan pronto la llevé a la habitación, busqué curar su herida, la sangre de su hombro casi mancha su camisa, pero con mi dedo índice recogí esa lágrima que bajó de ella y la llevé a mi boca. Su cuerpo temblaba y giró su rostro.
—¿Cuánto tiempo más planeas mantenerme aquí, Caden?
—Lo que nos quede de vida, Noah.
—Ya no puedo más con esto. Déjame ir, yo no diré nada de que me tenías secuestrada, pero sácame de aquí. Déjame ser libre, por favor.
—Tu estupidez no tiene remedio. Jamás vas a salir de aquí. Tú me perteneces y tu obligación es quedarte a mi lado.
—Hago lo que quieras, pero déjame ir, te lo ruego. Tengo una bebé que está esperando por mi, una familia que debe estar preocupada por yo no haber regresado. Si tienes algo de corazón y no estás del todo loco, déjame ir con ellos. Mi lugar está allá, no aquí. No diré nada de ti, te lo juro. No te meteré en problemas ni llamaré a la policía, solo déjame salir de aquí. He hecho todo lo que has querido, no te he desobedecido y me has tenido cautiva por mucho tiempo.
—¿Una bebé? — agarré su cuello y me subí sobre ella—. ¿Cómo te atreves a mencionar a nuestra bebé? ¡Si por tu culpa está muerta! He tenido suficiente de tu estupidez y de tu maldito drama. Te lo diré una sola vez y espero te quede muy claro; ¡De aquí no vas a salir nunca! ¡Eres mía y tienes prohibido dejarme! El día que trates de escapar otra vez, ese día olvidaré todo lo que hemos pasado y voy a cortarte el cuello. Veremos si en la próxima vida, reencarnas como alguien inteligente y no como esta pendeja que tengo en frente— la solté y comenzó a toser—. Ya fue suficiente, vete a dormir— me levanté de encima de ella y la amarré a la cama. Apagué la luz y me acosté también.
Escuché su llanto durante la noche y estaba de mal humor. Tuve que salir varias veces del cuarto para poder controlarme y no hacer nada de lo que me arrepienta después. A la mañana siguiente, la dejé como de costumbre en la casa y me fui al trabajo. Al llegar quien me recibió fue Suzy, siempre que llego al trabajo ella está cerca.
—Buenos días, Caden.
—Buenos días, Suzy.
—Te ves cansado, ¿Te encuentras bien?
—Lo estoy.
—¿Vas a ir hoy, Suzy?— le preguntó uno de nuestros compañeros.
—Claro. ¿Quieres venir, Caden? — Suzy me miró y me quedé confundido.
—¿A dónde?
—Quedamos con los muchachos en que íbamos esta noche a la casa de Diego. Harán una fiesta y nos invitaron a todos. ¿Quieres ir?
—No puedo.
—¿Por qué no te animas? Te haría bien relajarte un poco, se ve que estás algo estresado— me quedé pensando en la actitud de Noah y en su constante llanto, creo que lo mejor es dejarla sola y que me extrañe un poco, quizás eso la haga reaccionar y aclarar sus pensamientos; además de lo insoportable que es escucharla haciendo tanto drama por todo.
—Está bien, iré— acepté aún sabiendo que nunca he ido a una fiesta y no sé cómo sea el ambiente.
Seguí con mi trabajo y cada vez que caminaba cerca del área de la carnicería, el olor me causaba náuseas, solo podía recordar ese asqueroso sabor. A la hora de salida en la tarde, Suzy se acercó a mí y sonrió.
—¿Nos vamos?
—¿A dónde?
—¿Cómo que a dónde? A la fiesta.
—Pero creí que sería más tarde, no ahora. Necesito ir a bañarme y comer.
—Hay comida en la fiesta, si quieres puedo llevarte a tu casa a que te bañes.
—No, claro que no— respondí automáticamente y, al parecer la asusté—. Lo siento, es solo que no está bien.
—Si quieres nos encontramos aquí en una hora, así te llevo yo en mi auto.
—Eso me parece más prudente.
Fui a mi casa y preparé la comida a la ligera para que Noah comiera y subí a bañarme. Cuando regrese en la noche la bañaré a ella, ahora no tengo tiempo.
—Hoy te irás a la cama temprano, cuando regrese me encargo de bañarte— la subí a la habitación y la amarré a la cama—. Espero te portes bonito. Al fin tendrás tiempo para ti y para que pienses en tu actitud durante estos días. Te amo, Noah— le di un beso en la frente y salí de la habitación.
Fui a mi trabajo y ahí estaba Suzy esperándome. Me subí a su auto y estaba nervioso, no pensé que iba a estar a solas con ella, creí que vendrían los demás también.
—Te ves distinto con ropa casual, Caden.
—Tú también te ves distinta.
—¿Por qué te ves tan nervioso?
—Es la primera vez que vengo a una fiesta.
—¿Cómo que la primera vez?
—Sí, no soy de salir a fiestas y ese tipo de cosas.
—Pero eres un adolescente, debes aprender a divertirte, a salir con amistades, tomar, hablar y ese tipo de cosas.
—No es algo que me llame la atención ahora.
Al llegar a la casa donde sería la fiesta, nos bajamos y escuché a Suzy quejarse.
—¿Estás bien?— me acerqué a ella y estaba sujetando su dedo.
—Sí, no sé con qué me corté— al mirar su dedo, tenía una gota de sangre y tragué saliva. Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo y palpitaciones. El olor a sangre, a pesar de no ser mucha cantidad, inundó mi fosas nasales en un milésimo segundo. Había comido en la casa y no sé porqué sentí mucha hambre. Acerqué su dedo a mi boca y lo lamí, era un sabor muy dulce; mucho más dulce que el de Noah. Mi paladar sintió ese hormigueo que hace mucho no sentía. Chupé la punta de su dedo y traté de morderla suavemente, esperando que saliera más, cuando Suzy quitó la mano—. ¿Qué estás haciendo, Caden?— su rostro palideció y retrocedió.
—¿Por qué me la quitas, justo cuando estaba en la mejor parte?— la miré fijamente.