La noche está en su punto, la casa está más que iluminada, llena de luces y sonrisas, los visitantes y familiares se les ve muy contentos. Los criados en su trabajo, cada uno en su puesto. Y ahí está Mary, que ya había terminado sus tareas y solo esta esperando nuevas órdenes que no hay. En la cocina se encuentra observando su reflejo en uno de los armarios de cristal. Su cabello ha oscurecido más hasta llegar a la mitad de su cara y sus ojos se han oscurecido más. Se ve mas pálida y delgada, se mosquea por el dolor de encías que tiene aunque no se lo haya contado a Gerard o Lourdes. Intenta ver si se le va a caer un diente hasta que al otro lado de la habitación aparece de pronto la figura de un hombre muy atractivo. Mary al sobresaltarse, se recoge el pelo y lo mira avergonzada. El hombre es apuesto, joven y muy atractivo, se queda mirándola de arriba abajo.
_Disculpe, ¿desea algo? - dice la chica con la voz cortada.
_Buenas - la voz es grave pero con toques dulces, su belleza hace a Mary incapaz de mirarle a los ojos - Solo querría un vaso de agua por favor - la joven obedeció, al darle el vaso el muchacho no apartó la vista ni un segundo de ella - ¿No eres muy joven para trabajar aquí? - la chica miró descontenta y preocupada - Eres muy bella, una mujer como tú no debería trabajar como criada, ¿no crees? -este le sonríe pícaro dando un sorbo de agua.
_Yo... - la situación se pone más incómoda y nerviosa, el hombre se levanta y se acerca lentamente, está a un centímetro de distancia.
_Gracias por el vaso - susurra dejando el vaso en la encimera donde estaba apoyada Mary, solo faltaba un milímetro para que el muchacho bese a la joven.
El misterioso hombre se va de la cocina y deja a Mary confusa, no sabe que acaba de pasar. ¿Quien era ese hombre ?
De pronto se oyen halagos y aplausos, mira por la cortina que da una ventana a la sala principal, ve a un joven y apuesto chico, algo más mayor que ella. No se le ve bien los rasgos faciales, pero es un chico alto y muy bello. Los visitantes producen ecos de sus halagos por toda la sala. El ambiente es muy familiar. Todos parecen muy contentos. La escena que observaba Mary de pronto fue cortada por un sonido que escuchó por los pasillos, una de las sirvientas tiro una bandeja al suelo por accidente, Mary como educada que es, fue a ayudarla. Todo iba de lujo, la fiesta de bienvenida del señorito Marriott estuvo increíble. Familiares y amigos abandonaron la casa para volver a sus casas ya, eran más de media noche y la casa esta completamente vacía y en silencio. Hasta los criados y criadas están en sus habitaciones. Mary no podía dormir, un dolor fuerte le dio en las muelas y no se podía creer que aún le picaba la herida, por lo que decidió levantarse a dar un paseo por los pasillos a ver si se calma. Hace calor y su cabello suelto parece que baila cuando se mueve. Decide ir al jardín a escondidas, no quería que la vieran.
Una vez que llegó al jardín, ya se calmó, el sonido de los insectos la ayudan a relajarse. Decidió ir hasta las cercas del bosque. La noche esta muy oscura y apenas se ve algo por la luz de la luna. Mary descalza sin querer pisó una roca y se cortó el pie. Dolorida no quiso gritar, se sentó al suelo y vio el corte, no es profundo pero escuece, intenta tocarlo pero duele mucho.
_¿Te duele mucho? - suena una voz masculina al fondo, una figura alta y delgada se acerca lentamente pero elegante a la chica, se acerca a la altura de Mary, un joven, con el cabello rubio de seda y ojos azules celeste, su tez brilla a la luz de la luna - ¿Estás bien? - su voz es dulce y agradable aunque desconfiada a la vez. Para no parecer maleducada, Mary respondió - ¿Puedes levantarte ? - Mary lo intentó, pero al pisar se cayó y el muchacho, diferente pero parecido al hombre de la cocina, la agarró y decidió cogerla en brazos a llevarla a la cocina. Todo sigue en silencio y oscuro, la luz de los candelabros iluminan la sala.
_Gracias, pero puedo limpiar la herida sola. No es necesario que lo haga...
_No importa - sin decir que sí, el joven muchacho cogió agua y vendaje, al mojar el pie, Mary lo movió bruscamente - Lo siento - esta vez el chico cogió el pie de la chica cautelosanente y suave, sus manos son cálidas y delicadas, a Mary se le erizó la piel, ese tacto le gusta - Nunca te he visto, supongo que eres nueva - Mary sigue en silencio sin decir palabra a causa del escozor - La próxima vez, no vayas descalza por el jardín, además tampoco te acerques demasiado al bosque, no sabes que animal podría saltar y atacarte - El joven mira la herida de nuevo - Voy a ponerte alcohol para desinfectar y lo voy a vendar.
_Gracias, es usted muy amable - Mary no sabe ni que decir, tampoco sabe quién es este chico un poco más mayor que ella. El alcohol escuece pero lo aguanta.
_Listo - hay silencio entre ambos, por un momento se miran fijamente - Intenta no hacer movimientos bruscos o pisar muy fuerte, ahora si me disculpas, me iré a dormir. Buenas noches - le dijo el chico sonriendo.
_Buenas noches... - Mary confundida, no supo que decir más, de nuevo se quedó sola, la compañía de ese chico le agrada y la hace sentir segura. Recoge la cocina y pensativa vuelve a la cama, muchas cosas pasaron aquella noche.