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En el Planeta Enano del Espíritu Negro, los verdes cielo, el brillo de la fuente de luz irregular semejante a un sol que iluminaba el desierto negro, así como la peculiar onda de calor, todo hacía que el planeta entero pareciera un yermo extremo en la superficie.
No habían plantas ni animales, e incluso la civilización que existía en este planeta estaba conformada por espíritus fantasmales que utilizaban cadáveres como vestimenta.
Habían aldeas, pero para ser más precisos, eran pueblos fantasma conformados por los espíritus fantasmales que parasitaban los cadáveres.
Parecía que la muerte era el tema de este planeta. Era como un charco de agua estancada en donde no habían olas, hasta... que llegó Wang Baole.
Wang Baole era como una roca inmensa arrojada al agua, salpicándola por todas partes y creando olas que rompían con la inactividad del área...