¡Comienza!
¡Shua! ¡Shua! ¡Shua!
Los dos ojos de Li Yao parecían haberse convertido en dos agujeros negros. Las estrellas sin fin en el universo, junto con las dos partes involucradas en las feroces batallas, especialmente los expertos, fueron devoradas.
Sus coordenadas, sus patrones de movimiento y las trayectorias de sus ataques se transformaron en una serie de datos complicados. Una brillante tormenta dorada de datos se congregaba dentro del cerebro de Li Yao mientras calculaba y clasificaba cada detalle en el campo de batalla.
Por un momento, Li Yao consideró si debería o no revelar su identidad de inmediato y anunciar el plan de Xiao Xuance al público. Pero abandonó la idea muy rápidamente. Cuando una flecha fue puesta en el arco, tuvo que ser disparada.