Sheyan mantuvo la calma mientras Aziz se acercaba. Se sentó en un banco junto al mar mientras colocaba cómodamente ambas manos detrás de la cabeza, sonriendo a Aziz.
Cuando Aziz pasó junto a Sheyan, no se detuvo. En cambio, comentó con frialdad sin mirar a Sheyan:
"Eres mi presa, así que mantente con vida. ¡Espera el momento en que mi bala penetre tu cráneo! No voy a cuidarte para siempre".
Sheyan sonrió sin decir nada. ¡Él sabía que, para fanáticos como Aziz, la mejor manera de refutarlo no era con palabras sino con hechos fríos y duros! Pero cuando Aziz había caminado 20 metros, Sheyan dijo de repente:
"Oye, Aziz, ¿quién crees que es más poderoso, Zeus o yo?"