Aparte de eso, los cinco altos mástiles del barco eran bastante peculiares. El trinquete, el palo mayor y el palo de mesana estaban ligeramente más bajos, como si fueran los mástiles auxiliares. En cambio, su segundo y cuarto mástil eran más gruesos y altos, pareciendo como si fueran los mástiles principales.
Por supuesto, uno debe explicar el aspecto más especial cuando se habla de este barco: su material compuesto.
La superficie del barco brillaba con un color ceniciento metálico, que impedía que las olas que golpeaban el barco empaparan su interior. El agua parecía como si goteara sobre una hoja de loto, dejando gotas de agua congelados en su superficie antes de deslizarse rápidamente hacia abajo. Ni siquiera lo compares con los veleros de madera de la época, ni siquiera los buques de guerra de acero de generaciones posteriores mostrarían un efecto tan fantástico.