Viendo a Sheyan despertando, la mujer amablemente asintió y habló.
—Hombre de Gordon, ¿se ha despertado? Soy Alicia (que significa noble en latín) de Isengard. Estoy aquí para ayudar a los elfos e investigar la verdad.
Sheyan miró hacia las nubes, ya era de noche. Actualmente yacía junto a una hoguera. Su cerebro aún estaba en un estupor, como si un hacha estuviera alojada en su interior. Su cuerpo tembló por dolor agonizante de su pecho. Sin embargo, pudo sentir que sus heridas se rejuvenecían rápidamente gracias a la magia de esa mujer.
Sheyan asintió con la cabeza, copió la forma de hablar de Reef y respondió débilmente.
—Mi sincera gratitud, hermosa doncella. Encantado de estar con usted, doncella con una belleza inmortal como Minas Tirith.