Ni yo misma sabía que tras de haberle dado mi sangre, iba a poder ver a través de mi memoria fragmentada.
Lo miré a los ojos y ya sabía que no estaba mintiendo. Él nunca haría algo así.
No me salía la voz para explicar y golpeé fuertemente mi puño contra la pared del baño. Me sentí impotente.
-- No lo sé-- al fin pude recuperar las cuerdas vocales--. Yo sólo puedo recordar flashes o algún tipo de sentimiento. Nunca logró recordar un cuadro completo-- me agarré la cabeza--. Intenté varias veces hacer hipnosis y terapia recuperativa-- conté con los dedos de las manos las veces que había intentado recordar todo.
Hércules se enfureció consigo mismo, ya que no esperaba que yo sufriera al saber que había perdido toda mi vida entera. Sintió ganas de golpearse.
-- Lo lamento-- y pareció arrepentido por haberme atacado.
-- Hércules-- sujeté su rostro con ambas manos, y no me importaba el hecho de que estuviera desnuda--. Eres mi hogar, la primera vez que te ví sentí que te conocía y me sentí a salvo-- le dije.
Puse mi frente contra la suya y deseaba que pudiera creerme.
Me estrechó entre sus brazos y coloca las manos en mi parte baja de la espalda.
Así nos quedamos un rato.
Estaba dando un paseo, Hércules se había ido a comprar los víveres. Era agradable de ver que la casa donde estábamos era cercana a un bosque.
Estiré los brazos y al hacerlo cerré los ojos. Me llene los pulmones con el suave viento que soplaba y parecía que estaba cargando mucha energía como una planta.
Un destello cruzó mi mente. Ví mi cara sonriente al ver dos líneas rosas en un palito de plástico.