—¿Cómo han desaparecido? —Lucien se tranquilizó y preguntó.
Thompson hojeó el informe en sus manos para la confirmación definitiva, y el ruido del papel girando entró en los oídos de Lucien.
—Estaban vigilados por un hechicero de combate de rango sénior y dos hechiceros de rango medio. Se descubrió que entraron en una pequeña iglesia en la parte oeste de Rentato pero nunca la abandonaron.
—El hechicero de rango sénior pensó que era solo un caso ordinario de la marginalización de Sard respecto los clérigos radicales y los vigilantes nocturnos y no pensó demasiado. Hoy, cuando no vio a Juliana ni a Minsk, estaba perplejo y entró en la iglesia como un ratón, pero no había nadie en el interior.
Aquel lugar era el Reino de Holm, donde los hechiceros eran varias veces más que los clérigos. Por eso Thompson fue lo bastante desmesurado como para desplegar un hechicero de rango sénior para tareas de vigilancia.