Medio mes más tarde, además del nacimiento de la nueva estrella y la Llegada de Dios de la que todos hablaban, todo lo demás fue quietud y paz en Allyn, Rentato, Lance y las otras ciudades.
La extraña paz continuó cuando llegó el año 820 del Calendario Santo. Parecía como si la nueva estrella fuera un fenómeno celestial normal y no pasara nada.
Tras un breve descanso, Lucien entró por la puerta de la Institución del Átomo con el Báculo del Sol, el cual transformó en un bastón de caballero. Estaba pensando en el inicio de la Compañía Telefónica y de Telégrafo de Allyn y la promoción de los objetos alquímicos.
Antes de que Lucien pudiera quitarse el sombrero y ponerlo en el estante, escuchó la voz de Lazar.
—¿Un... un planeta artificial? —La voz de Lazar temblaba sin control.