Después de experimentar la gran conmoción que trajeron las dos experiencias anteriores, el hecho de que la Teoría de la Fuerza Vital fue revocada no fue una gran sorpresa para esos grandes cardenales. No obstante, habían imaginado que el Congreso estaba apuntando al creacionismo en ese momento, el reino de Dios.
El éxito del experimento obligó a los grandes cardenales y caballeros legendarios a dudar del creacionismo, y comenzaron a preguntarse si ese era un reino verdaderamente prohibido que solo pertenecía a Dios. No sabían qué hacer, y mostrar su gran enfado parecía ser la única forma en ese momento de poder ocultar su miedo y culpa interior.