Natasha estaba sentada, en completa oscuridad, en una habitación subterránea en una abadía en Aalto, leyendo una larga carta de su amigo con su Visión Oscura.
Parecía que ya estaba acostumbrada al ambiente oscuro, y las venas azules en sus manos y cara ya eran difíciles de ver.
De vez en cuando, ella canturreaba la melodía escrita en la carta con alegría.
Cuando llegó a la última página de la carta, Natasha sonrió.
—Lucien, estás copiando exactamente lo que hice. Estoy deseando que llegue el próximo número de Crítica Musical para ver cómo me desearás un feliz cumpleaños.
Luego suspiró un poco y habló para sí misma.
—Es muy bonito tener un amigo, o sin duda me volvería loca en este lugar.
...