Lucien no se asustó. En su lugar, una serie de pensamientos le vinieron a la mente:
«¿La iglesia descubrió que era yo?
No, no puede ser. Si la iglesia hubiera descubierto esto, no habrían esperado hasta ahora. Estuve involucrado en el problema de la bruja antes... debo estar en su lista de sospechosos, pero no en la parte más alta.»
Lucien se detuvo un momento y respondió.
—Me levanté tarde para completar la última parte de mi trabajo musical, luego me sentí muy mal por la mañana, así que pedí un permiso. Ahora me siento mucho mejor. Eso es todo.
—¿Viste a un doctor? ¿Qué problema tienes? ¿Alguien puede probarlo? —Preguntó Corella de cerca.
—Nadie. No estaba enfermo... estaba cansado en realidad —respondió Lucien con calma.
—Puedo demostrarlo por él, señor —Víctor dio un paso adelante—. Cada vez que terminaba de componer, sentía el mismo cansancio.
—¿Tú eres...? —Corella lo miró.