No era de extrañar que Yan Bingqing la odiara. ¡Ella había sido bendecida con recursos, pero no sabía cómo hacer uso de ellos!
—¿Cómo van a promocionar su nombre? —Yun Shishi se preguntaba, curiosa sobre cómo Huanyu iba a apoyarla.
—Escuché que Huanyu intentó una vez tomar prestada la fama de Gu Xingze para promocionar su nombre, pero él no estuvo de acuerdo.
—¿Por qué no?
Su fama estaba por las nubes; si él le echaba una mano a Lu Jingtian, ella podría hacerse un nombre.
—¿Crees que todos son como tú? En aquel entonces, cuando Huanyu quiso usarlo para crear publicidad para ti, en realidad él cooperó de buena gana. Xingze también es una persona extraña. Estuvo dispuesto a usar su fama para apoyarte, pero no a Lu Jingtian; no lo entiendo —dijo su asistente con una mirada desconcertada.
Ella se sorprendió.
Cuando ella recién había debutado, Huanyu había exagerado su nombre usando la fama de él.