El distanciamiento de Yin Dong se fue haciendo más evidente cuando entró en su fase de rebelión. El único que podía acercarse a él era su hermana.
Para él, ella era alguien precioso; eso podría deberse al parentesco que había entre ellos.
Ni siquiera sus padres podían igualar el amor que él sentía por ella.
El joven no se dio cuenta de que la naturaleza de su relación había cambiado. Estaba en una encrucijada.
La dependencia de su hermana hacia él se había convertido gradualmente en posesividad.
Los dos eran tan cercanos que durmieron en la misma cama hasta la secundaria.
Cuando ella entró en la secundaria, su cuerpo comenzó a entrar en la pubertad.
Para ese entonces, el chico era un alumno de primer año de preparatoria. Después de su clase de biología, había llegado a comprender la sexualidad; por lo que, poco a poco se fue distanciando de la intimidad que tenía con su hermana.