Yun Tianyou se mofó.
―¡Eh! Se toman tantas molestias para reemplazarme, realmente no saben cuál es su lugar.
Conmocionado, Li Hanlin le dijo de inmediato: ―Nadie en la compañía puede reemplazarlo, Señor Yun.
―Eso es obvio.
Se giró para mirarle directamente a los ojos.
―Sin mí, esa compañía no sería más que un basurero.
El asistente estaba sorprendido.
Esa declaración… Aunque fue dicha con calma, ¡contenía muchas amenazas y agallas!
Si eso hubiese sido dicho por otra persona, habría parecido demasiado egocéntrico.
No obstante, viniendo de la boca de ese niño, ¡eso era realmente cierto!
―Entonces, respecto a los documentos…
―Todos rechazados.
―Entendido.
El hombre estaba ordenando los papeles cuando de repente se levantó y le preguntó:
―Señor Yun, la persona que está fuera de la puerta, ¿le gustaría hablar con ella?
―¿Quién?
―Li Qin.