—¡Sí! Digo la verdad. Lo juro por dios —respondió mientras elevaba su palma como para tomar un voto solemne.
—Está bien, te creo —dijo Li Jiuxian con una sonrisa.
Agradecida, rompió en llanto.
Continuó hablando, enojado: —Yun Shishi se sobrepasó. Tú eres su hermana menor y tu padre la crió. ¿Cómo puede hacerte esto?
Bua… Bua… Bua…
Simulaba llorar con pena, pero se sentía engreída por dentro.
Ella no pensó hasta ahora que él creería su historia. Él era demasiado ingenuo y simple.
Mientras tuviera su apoyo, podría salir de esta mala situación.
—Puede que se vea inocente, pero en realidad es muy calculadora. Tiene que haber usado trucos para embrujar a los hombres.
Sus palabras enojaron más a los demás.
Todo vieron como Gu Xingze la protegió.
—Esa mujer debe ser una arpía reencarnada, sino ¿por qué los hombres están tan deseosos de protegerla y complacerla?