Shen Youran rápidamente lo soltó. Apretó los labios y observó a Chen Yucheng completamente disgustado.
Chen Yucheng le indicó que se subiera al auto para que pudiera enviarla a casa.
—Mañana, no seas tonta y no permitas que alguien te vuelva a manipular.
Lo que sea que hagas, debes apoderarte apropiadamente del derecho de controlar la situación. Sin duda, él actuó indecentemente en este asunto. Es justo para ti
que lo demandes primero. ¿Cómo pudiste permitir que te mandara a la estación
de policía? —dijo Chen Yucheng.
—Yo tampoco sabía. En ese momento, él sostenía esa área y parecía estar a punto de morir. También estaba impactada, así que no pensé en nada más en aquel momento —contestó Shen Youran con impotencia.
Chen Yucheng la fulminó con la mirada.
—Si no tienes las agallas para hacerlo, entonces no lo hagas precipitadamente. Incluso pateaste un área tan sensible.
—…