—Sí, veo que su menú también es problemático. Ofrecen tantos platos que uno puede sentirse abrumado al verlo —agregó Tian Lingyu, estando de acuerdo también con lo que dijo su hermana pequeña.
—Eso es fácil de remediar, pero ¿cómo van a competir con La Reverie si no pueden mantener satisfechos a sus clientes? —preguntó Huang Shenghao con las mejillas hinchadas por el exceso de comida que se había puesto en la boca.
Ellos vieron a los camareros venir uno por uno, dejando los platos en la mesa. La mesa no era suficiente para acomodar todos, y Ji Mingqian tuvo que juntar otra mesa a la de ellos para poder extenderla.
El teléfono de Shen Yi comenzó a sonar, y echando un vistazo para ver quién era, no le sorprendió ver que era su hermano menor quien llamaba.
—Hola... —saludó pronunciando solo una palabra, pero igual Shen Xue lo interrumpió al instante.