Shen Xue miró fijo al hermano por un momento. Los labios de él se curvaron en una sonrisa cómplice, antes de que desapareciera y estallara en risa, tan fuerte que casi se cae al piso. El hermano mayor lo miró con una mirada fría, mientras que Shen Xue seguía riéndose de él.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Shen Yi arqueando una ceja.
—Hermano, te tienen controlado con un látigo —Shen Xue se sujetó de los costados, mientras que se le llenaban de lágrimas los ojos. No podía evitar reírse fuerte. Nunca pensó que llegaría el día en el que el frío y distante hermano se sometería a una mujer ¿Lu Xinyi podía tenerlo comiendo de la mano con sus habilidades culinarias?
Ah, posiblemente pensó Shen Xue. Él podría caer en el mismo plan si se casara con una mujer que cocina delicioso. Dejó de reírse y miró a las mujeres desde lejos, quienes estaban ocupadas hablando.