Doland se encontraba en el extremo norte de las Llanuras de la Brisa, cerca del Bosque Floral. Esta caótica ciudad era el hogar de la mayoría de los pobres, la mayoría de los soldados y de los más malvados. Cada segundo se perdía una vida y cada segundo se producía un crimen, sólo el verdadero mal podía sobrevivir en una ciudad tan miserable.
Sin lugar a dudas, Kaman era un verdadero demonio.
Por supuesto, él mismo nunca lo admitiría, ya que siempre se había enorgullecido de ser un filántropo que había brindado oportunidades de empleo a las masas, permitiéndoles así alimentar a sus familias. Los que predican la benevolencia y la moralidad nunca podrían aportar lo mismo.