Los días siguientes fueron muy tranquilos. La rutina diaria de Lin Li era dirigirse directamente a la Torre Omnisciente una vez que se despertaba y regresar una vez que estuviera cerca el anochecer. Tardó casi veinte días en llegar desde el primer piso hasta el quinto. En esos veinte días, casi terminó de leer todas las notas de lectura de los cinco pisos.
Al estar sumergido en el mar del conocimiento con respecto a la magia, Lin Li no sentía el paso del tiempo.
... Hasta esa mañana.
El clima era agradable y Lin Li, como siempre, planeaba dirigirse a la Torre Omnisciente justo cuando terminara su desayuno.
Cuando estaba a punto de irse, de repente escuchó un golpe en la puerta.
—Buenos días, señor Macklin.
—Buenos días, ¿preparándote para salir?
El viejo no parecía estar bien; parecía como si no durmiera mucho.
—Sí, estoy planeando ir a la Torre Omnisciente.