En el folklore de Anril, los Cambiaformas solían representarse como el mayor de los Demonios. Llegaron al mundo humano desde el infierno, trayendo con ellos sangre y masacre.
El lugar de nacimiento de estas bestias eran aquellos lugares que sufrían calamidades. No importa si el desastre era natural o artificial, sino que la catástrofe se hubiera cobrado miles y millones de vidas. Sólo eso podría desencadenar el nacimiento de los Cambiaformas, que eran una amalgama de pura negatividad.
El sufrimiento y la desesperanza eran sus mayores fuentes de energía.
Como se creaban a partir de emociones negativas, sus cuerpos no eran tangibles ni físicos y nacían con todo tipo de Magia Oscura. Al nacer, eran al menos nivel 16. Cuando terminaban su evolución, podrían superar el nivel 20 y convertirse en bestias legendarias.