"¿Eso es un sí, o un no?" - preguntó Shizuka mientras fruncía el ceño.
"Es un... veamos como todo se desarrolla" - respondió Kurama, solo para sentir como Shizuka saltaba encima de él.
* * * * *
"Supongo que ya tiene que estar hecho..." - dijo Miya mientras caminaba en dirección de la habitación del pelirrojo, solo para fruncir el ceño cuando no escuchó ningún sonido provenir de ese lugar - "Extraño, normalmente esta es la parte donde debería de haber algún sonido de placer, pero no hay nada"
Miya lentamente abrió la puerta de la habitación, solo para ver como los dos jóvenes parecían estar conversando.
"Ok, esto no es lo que esperaba" - dijo Miya mientras se preparaba para entrar, solo para ver como su hija saltaba encima del pelirrojo - "Ok, esto está un poco mejor..."
Miya solo continuó observando, solo para abrir los ojos en sorpresa cuando vio como su hija estaba prácticamente devorando la masculinidad del pelirrojo - "Oh my..."
Ella solo pudo morderse el labio mientras veía la magnitud del tamaño del chico, solo para continuar observando como todo se desarrollaba.
"No sabía que mi hija era así de salvaje en su interior" - murmuró Miya mientras veía como su hija empezaba actuar como ramera - "Y por lo que puedo oler, el afrodisíaco desapareció así que es solo ella misma actuando... nada mal"
Miya se quedó mirando unos segundo antes de cerrar la puerta, aunque luego de unos segundos la volvió a abrir, solo que con mucha más discreción - "Una miradita no matará a nadie..."
* * * * *
Kurama solo pudo mirar con sorpresa como la chica Nadeshiko estaba prácticamente tragando todo su miembro mientras sentía como el placer aumentaba.
Shizuka no tenía anterior experiencia, pero parecía tener talento innato.
"¿Crees poder ponerlo entre tus pechos?" - preguntó Kurama mientras miraba a la chica que lo miraba con confusión.
"Uh... ¿Así?" - preguntó Shizuka mientras usaba sus nada modestos pechos para rodear el pene del chico - "Se siente un poco extraño... ¿Ahora qué?"
"Usa tu boca" - respondió Kurama mientras veía como la chica lanzaba su cálido aliento a la punta de su masculinidad.
"Parece que esto te complace..." - dijo Shizuka al notar la expresión del chico, solo para darle un beso a la parte visible del pene que sus pechos estaban apretando - "Supongo que esta es la parte donde debería mezclar los dos métodos"
La chica rápidamente empezó a mover sus pechos y cabeza mientras le daba una mamada al chico.
"¡Ah ~!" - Kurama solo pudo responderle con un pequeño gemido mientras la chica parecía sonreír al notar lo rápido que estaba avanzando con su experiencia en el área del sexo - "Tengo que admitir que aprendes rápido..."
"Es una habilidad que desarrollamos aquí en Nadeshiko, al ser una aldea donde solo nacen mujeres, nacemos con una innata maestría en el arte de la seducción para poder atraer más hombres y así poder continuar el ciclo" - respondió Shizuka mientras volvía a su 'trabajo'.
"Ah" - Kurama abrió la boca en sorpresa al sentir lo buena que era para dar mamadas, solo para tomar la cabeza de la mujer y 'obligarla' a complacerlo.
* * * * *
"Ok, me dolió un poco la garganta con eso..." - dijo Shizuka mientras se limpiaba la liberación que había sido obligada a tragar.
"Lo siento, digamos que dejé que mis instintos tomaran las riendas de mi voluntad" - respondió Kurama mientras se rascaba la mejilla.
"¿Eso significa que aceptaste mi propuesta?" - preguntó Shizuka mientras ladeaba la cabeza en confusión - "O sea, has usado mi cuerpo para complacerte..."
"Tú tienes gran parte de la culpa..." - respondió Kurama mientras le daba una mirada en blanco.
"Se llama seducción, Kurama-dono" - respondió Shizuka con una sonrisa victoriosa - "Ahora por favor responde"
"Ok, tú ganas" - dijo Kurama mientras le giraba los ojos.
"Bien, supongo que podemos continuar" - sonrió Shizuka mientras se posicionaba sobre el pelirrojo. Kurama lentamente invadió el interior de la chica, quien solo pudo soltar un agudo grito de dolor, aunque como muchas chicas que habían entrenado desde joven, ella había perdido su himen durante su entrenamiento.
"Tranquila Shizuka" - dijo Kurama mientras agarraba los pechos de la chica para hacer que se le pasara la incomodidad que sentía.
"OK" - dijo Shizuka mientras se sentía un poco mejor.
"Bien, voy a empezar" - dijo Kurama mientras empezaba a mover su cadera.
"¡Ah ~!" - los gemidos de Shizuka no se hicieron esperar mientras el pelirrojo continuaba moviéndose en su interior.
"¿Cómo te sientes?" - preguntó Kurama con preocupación, solo para notar como la chica lo besaba con pasión - "Ok, no esperaba eso..."
"¡Hmph ~!" - los gemidos ahogados por el beso empezaron a hacerse más frecuentes mientras la chica movía su cintura en dirección de las manecillas de un reloj.
Shizuka no podía contenerse más, solo para sentir las firmes manos del pelirrojo en su cintura - "!"
"Vamos, sé que esto te gustará" - dijo Kurama mientras le daba una firme estocada.
"!!" - Shizuka abrió los ojos en sorpresa mientras sentía como el pene del chico llegaba hasta su útero - "¡Hmph ~!"
"Y todavía no termino, no, de hecho, estoy a punto de comenzar" - dijo Kurama mientras la expresión de la chica cambiaba ligeramente. Algo le decía que no podría moverse en un buen tiempo.
"¿Puedo tomar un descanso?" - preguntó Shizuka con lágrimas en los ojos, aunque esto no era por dolor, sino por placer.
"Lo siento, descanso no está en mi vocabulario, puedes preguntarle a las demás chicas" - respondió Kurama mientras tomaba a Shizuka de la cintura y empezaba a embestirla con todas sus fuerzas.
"¡Oh ~!" - los gemidos de Shizuka nuevamente empezaron a resonar en la habitación mientras maldecía al pelirrojo por no ser alguien comprensivo, después de todo, ella no era un monstruo con resistencias sobrehumanas.
"Tranquila, te acostumbras con el tiempo" - respondió Kurama con calma.
"¡Eso no me ayuda en lo más mínimo ~!" - gimió Shizuka mientras sentía como el placer aumentaba considerablemente con cada embestida que el chico le daba a su intimidad.
* * * * *
Había pasado una cantidad de tiempo desconocido, pero por lo que la chica pudo notar cuando observó por la ventana durante unos segundos, ya estaba empezando a ser de día.
Shizuka había perdido la cuenta de cuantas veces había llegado al límite de su placer, solo para sentir como el pelirrojo no paraba, de hecho, él continuaba dándole aún más placer.
"¡Me corro!" - gritó Kurama mientras le daba una última estocada, solo para liberar todo el líquido que tenía en sus bolas.
"¡HYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAn ~!" - Shizuka solo pudo gemir en respuesta mientras sentía como el cálido semen invadía hasta el lugar más profundo de su útero.
Shizuka lentamente cayó rendida sobre el futón mientras respiraba con dificultad. Ella podía sentir como todo su cuerpo temblaba con el placer mientras perdía toda sensación de su cadera para abajo.
Kurama lentamente se retiró del interior de la chica, solo para que esta soltara un agudo gemido de placer mientras la mezcla de jugos de amor era liberado de su intimidad como si de un río se tratase - "¡Ah~!"
Shizuka tembló nuevamente, solo para caer rendida ante la fatiga que había sentido por toda la acción de la noche.
"Creo que me pasé de nuevo..." - murmuró Kurama mientras se rascaba la mejilla, solo para fruncir el ceño con irritación. - "¿En serio? Esto es jodidamente extraño e incómodo por partes iguales..."
Él lentamente tapó a la chica porque era obvio que no reaccionaría en un buen tiempo, solo para caminar en dirección de la puerta - "No es de muy buen gusto el espiar a una pareja mientras hacen cosas íntimas, en especial cuando la chica es tu hija, Miya-dono"
Kurama lentamente abrió la puerta, mostrando la figura de Miya que parecía haberse corrido nuevamente por todo el desastre que había causado con sus jugos de amor.
"Puedo explicarlo" - Miya solo pudo responder con una sonrisa incómoda sobre sus labios mientras veía la mirada fría del pelirrojo. Ella había estado observando a su hija tener sexo durante toda la noche y tenía que admitir que nunca antes había visto una escena tan gráfica y excitante.
". . ." - Kurama solo le dio una mirada neutral mientras esperaba que continuara lo que trataba de decir.
"¡Ahem! ¡En verdad puedo explicarlo!" - exclamó Miya mientras temblaba con vergüenza - "Te prometo que mi respuesta será satisfactoria"
"Eso espero..." - le respondió Kurama con los ojos entrecerrados mientras veía como la mujer temblaba - "Porque de no ser así, entonces tendrás que asumir las consecuencias"
Miya tembló cuando escuchó esto, aunque no sabía si era por miedo o por excitación.
Kurama frunció el ceño antes de negar con la cabeza, algo le decía que las cosas serían mucho más turbias de ahora en adelante, al menos con todo lo relacionado con esta extraña mujer.