Klein estaba alarmado. Instintivamente giró su cuerpo hacia un lado sin exponer su espalda a Leomaster, quien temblaba de horror en el depósito.
¡No podía estar seguro de que el prisionero que llevaba una bata de lino corta no representara problemas!
En ese momento, el profundo enrojecimiento del caballero con armadura negra cuya cara era la misma que Leomaster se iluminó drásticamente. Levantó la ancha y sombría espada en sus manos.
*¡Bam!*
Con un paso adelante, golpeó a una velocidad que Klein no podía dimensionar a simple vista.
Al mismo tiempo, Klein, quien estaba a su lado, subconscientemente levantó el Cetro del Dios del Mar e hizo que las gemas azules en su punta se iluminaran simultáneamente.
*¡Whoosh!*
Un huracán se materializó de la nada girando alrededor de Klein, protegiéndolo en su interior.
*¡Whoosh!*