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La espada divina se movió por el aire y dejó atrás rayos de luz de espada que parecían pétalos congelados. Los rayos se conectaron entre sí para formar un hermoso arco, era como si la deslumbrante luz blanca hubiera cobrado vida. Parecía que una deslumbrante flor nevada había florecido. Los pétalos de esa flor pasaron por el cuerpo del gigante de ocho brazos y le hicieron una sola herida gigante.
La energía de la espada de Ji Ning se extendió a través del poder del karma para aniquilar cada trozo de almarreal que poseía el gigante de ocho brazos. La energía vital del gigante se desvaneció, pero la hermosa flor de luz de espada continuó flotando en el aire.
¡Clink! Ning devolvió su espada a la vaina y, en ese instante, el tiempo pareció volver a la normalidad una vez más.
—¡¿Ah?!
—Eso…
—¿Retorció el tiempo?
—Esa escena se ha grabado para siempre en mi memoria.