Ji Ning sintió como si su corazón estuviera siendo destrozado. Ese dolor llenó cada parte de su cuerpo. Desde que sus padres murieron, él tenía muy pocos parientes. Aunque su maestro Diancai siempre tuvo una personalidad estricta y una cara fría, Ning podía sentir el amor y el cuidado que su maestro sentía por él desde lo más profundo de su corazón. Su maestro tenía exactamente el mismo tipo de disposición que tenía el padre de Ning, Ji Yichuan.
—No. No...
El corazón de Ning estaba lleno de desesperación. ¡Nadie podía rescatar a su maestro de la Tribulación Celestial! Incluso un Padre Dao del Gran Firmamento solo podría mirar desde un lado, porque al interferir, el castigo del cielo se activaría, lo que causaría la muerte de incluso un Padre Dao. En ese momento, Ning repentinamente sintió un poderoso deseo de ir a ayudarlo.
—Ya he tenido suficiente. ¡¡¡BASTA!!!
Dentro de su mente, Ning dejó escapar un aullido de absoluta desesperación.