El sol se levantó y la luz del amanecer brilló sobre todo el Colegio Negro-Blanco.
Whoosh. Ji Ning, montado sobre su bote volador, atravesaba los cielos. De pronto, vio una majestuosa bóveda abajo de él. Este era el edificio que, dentro del Colegio Negro-Blanco, tenía un estatus no menor al del Diagrama Negro-Blanco: ¡la Bóveda de Repositorio de Dao! Cada vez que los discípulos del Colegio Negro-Blanco deseaban aprender técnicas de Refinación Ki, habilidades divinas o artes secretas de primer nivel, venían aquí.
Un hombre grande y musculoso, vestido con una hermosa armadura, estaba sentado junto a una mesa de piedra mientras disfrutaba una exquisita copa de vino. Ning aterrizó en el suelo y dijo haciendo una reverencia:
—Mis respetos para usted, tío maestro.
El hombre grande y musculoso miró de reojo a Ning.
—¿Eres el nuevo discípulo, Ji Ning?
—Sí.