- Carlos... - Balbuceó Elena, ¿como es que lo habían capturado? El aspecto era deplorable y no podia mantenerse de pie.
- Es tu decisión hablar ahora o verlo morir - la forma de hablar era simple pero las palabras que salian de su boca habian logrado asestar en el corazon de la joven, quien solo lo miró con odio bajando sus brazos, sujetando su blusa con fuerza solo deseaba poder matar con la mirada.
- Tic... tac... tic... tac... decide rapido Elena, habla o muere - con un gesto sus hombres soltaron a Carlos quien cayó con un seco ¡tud! levantando su cabeza para mirar a la mujer que amaba, sus ojos trataban de decirle algo, la chica lo miró y sintió adolorido su pecho, antes de poder siquiera asimilar lo ocurrido el sonido claspeante de armas desenfundadas desviaron su mirada, ahora cuatro armas apuntaban a la cabeza de él. Los puños de Elena estaban tan apretados que estaban pálidos, sus ojos estaban húmedos pero no brotaban las lagrimas, estaban en el limbo, justo en el momento que los seguros fueron retirados miró nuevamente al demonio que tenía de frente, poseía una sonrisa sarcástica insinuada y su mirada filosa parecía disfrutar lo que observaba, para él solo era un juego, nada importante. De pronto, para Elena llegó una realización y sin más, se giro, dando la espalda a todos, ¿dejaría morir a Carlos? El hombre al ver su reacción, ordenó que lo matarán. Una ráfaga de disparos se escucharon detrás de ella, sus lágrimas rodaban pero su boca estaba muda.
- Bueno, espero te diviertas con el cuerpo de tu novio - a pesar de no conseguir lo que esperaba, su ánimo no estaba decaído, sino que estaba más alegre con la resistencia de la joven.
Una vez que la puerta automatica cerró dejando sólo a Elena y el cadaver de quien era Carlos, la chica se dejó caer y lanzó un suspiro. Las lágrimas que estaban atoradas cayeron suavemente, su agotamiento mental era exacerbante, estos juegos mentales comenzaban a mermar su cordura.
- Ama... - una suave vocecita le susurró al oido - perdón por llegar tarde, los sistemas de seguridad son elevados pero Mein es capaz de pasar cualquier pared, desactive los micrófonos de la habitación por un minuto - la pequeña IA había aparecido justo en el momento que Elena estaba por darse por vencida.
- Buen trabajo Mein - su voz era suave - ¿puedes conseguirme armas? Mi pulsera aun funciona pero este lugar tiene una resonancia extraña y no sirve la geolocalización.
- Si ama, cargaré el mapa del lugar a tu sistema con los puntos de vigilancia y la sala de armas.
- Ok, en 45 minutos necesito que apagues las camaras por 30 segundos y abras la puerta, ¿puedes hacerlo?
- Si ama
Despues de dicho eso, la pequeña Mein que estaba en un nanorobot se escabulló por los orificios de la celda. Elena era incapaz de verla pero conocía bien lo eficiente que era, solo necesitaba una pequeña oportunidad para lograr escapar.