"Durante las noches heladas, el recuerdo de su sonrisa calmaba a mi ansioso corazon... saber que alguien asi me amo... daba sentido a la espera"
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Benedek aun un poco cansado, se tallaba de vez en vez los ojos, hasta que por fin sintio el reclamo de su estómago.
- Mein, guarda la información en mi carpeta privada, saldre a comer
- Si amo, ¿quieres que vaya contigo? - pregubto con su sonrisa inocente al tiempo que pestañeaba coquetamente.
- ¿Desde cuando quieres acompañarme? Sabes que no debes andar apareciendo fuera de la sala de control... - de pronto Benedek tuvo una realizacion - ¿Elena te mando a cuidarme?
La mirada del joven se deposito en la pequeña angelita.
- Amo, Mein esta programada para cuidar de ti y de Elena solo aplico el protocolo estipulado - Una enorme sonrisa se dibujo en el rostro de Mein, orgullosa de saber responder sin delatar a su Ama - bueno, es hora de cargar bateria, buen provecho Amo.
- Tu... - Benedek se quedo sin palabras, "esta pequeña rebelde" penso despues de ver desaparecer a Mein - pequeña mentirosa - murmuro porque ella no necesitaba recargar baterias...
Justo despues de abrir la puerta, choco con Elena quien iba a toda velocidad y, por el impulso que llevaba, se fue hacia adelante cayendo en los brazos de Benedek, quien, siendo mas alto, la atrapó por inercia. Diez segundos tomó para que ambos reaccionaran , siendo la capitana quien se irguiera primero empujando al joven hacia la habitacion y cerrando la puerta de un azote. La cara que tenia era la mas seria que jamas habia visto, hasta era un poco cómico porque, ya sabía a qué se debía, sin embargo se mantuvo serio sin decir palabra pues no queria hacerla enojar, sentandose en la cama como niño regañado y con la cabeza agachada para ocultar que le ganaba la risa. Al verlo asi, Elena penso que quizas habia sobre reaccionado pero bueno, se trataba de su salud, "debo ser firme", penso. Era curioso ser asi con el, normalmente siempre tenian un entendimiento tácito, jamas discutían y jamás habia tenido que darle un sermón, de hecho, admiraba tanto a Benedek que para ella era mas como su guardián y el verdadero Capitán, aunque él siempre la llamaba jefa por ser la mejor en habilidades para matar.
- Ya se - reventó su burbuja de pensamientos la voz sentida de Benedek - disculpame por haberte asustado, tendre mayor cuidado de mi salud - el joven continuaba con la cabeza agachada.
- Bien, es bueno que lo sepas - dijo un tanto dubitativa - ahora cero trabajo y a dormir ( tono de mamá mandona)
- perooo... (voz de cachorro)
- Nada de peros - ya con mas seguridad Elena se dio la vuelta pero antes que pudiera abrir la puerta Benedek la abrazo por la espalda, colocando sus brazos alrededor de su cintura. Esta accion fue como un choque de electricidad para la joven, jamas habia sebtido algo igual, ni siquiera con el previo abrazo de Carlos, de pronto su mente se comenzó a nublar, congelada con una mano en la perilla, contuvo su respiracion hasta que Benedek habló.
- Pero muero de hambre... dejame ir a comer oh diosa y señora, prometo no volver a pasar mis horas de sueño - su voz juguetona le provoco cosquillas en el oido a Elena, quien sonrio y con un gesto de su hombro logro separarse de el, abriendo la puerta.
- Puedes ir a comer, te veo en la sala de control en una hora - sin voltear a verlo salio como rayo de su habitacion. Benedek no logro darse cuenta, pero el rostro de la chica estaba rojo como tomate, solo suspiro viendola irse de su lado como siempre, "te amo", lo penso mil veces mientras lanzaba un largo y profundo suspiro para tomar camino a la cafeteria. En una esquina del escritorio, la pequeña hada solo los miraba con ojos curiosos, tapandose la boca para ocultar su risa maquiavelica.
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Mientras tanto Elena fue a su habitacion, vacía como últimamente estaba, en un lugar tan pequeño y aislado, ¿cómo era posible no ver a Carlos? Esta idea la deprimió un poco, haciebdola pensar en el abrazo de Carlos en el pasillo y su extraña actitud, lo cual pronto se volvio en la imagen de ella y Benedek, abrazados y la sensacion tan radical que desperto.
-¡ Aich! - dijo en voz alta al tiempo que se tapaba la boca con la almohada para que lps demas no escucharan su grito- Elena, estas loca, el estres te esta haciendo pensar cosas absurdas, Beni es como un hermano... muy bien y sin relación sanguínea... pero un hermano - hablaba consigo misma mientras hacia ademanes y golpeaba la cama como tratando de deshacerse de malos pensamientos.
- ¡Esto es incesto! debo calmarme...
Se coloco en posicion de loto sobre la cama y realizó el saludo y la meditacion, calmando su respiracion hasta que por fin, con todos sus pensamientos y emociones acomodados, decidió ir a comer, no sin antes buscar a Carlos.
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- Eugene, ¿crees que soy demasiado blando? - dijo una sexy y magnetica voz que provenia del hombre mas atractivo y sin escrupulos del mundo. El jovencito de unos 16 años solo temblaba a la idea de no saber que responder ya que, si se equivoca podria terminar muerto o peor, como carne para experimentos.
- ¿Pppp...pporque lo lo... dice... señor? - la cabeza y mirada del chico estaban fijos al suelo, nadie se atrevia a mirar al jefe a los ojos como si se tratasen de la mirada de Medusa y te convirtieran en piedra.
- Porque no estoy dejando a los ratones jugat con su comida en vez de cazarlos, creo es que estoy aburrido de que sea demasiado facil... esperaba mas reto de este grupo... esperaba mas de ella...
Se hizo un silencio incomodo, aunque el joven mozo tuviera curiosidad prefirio guardar silencio.
- En fin, puedes retirarte Eugene, dile a madam Celeste que prepare la cena, hoy dormire temprano que mañana sera un dia especial.
- Si señor.
- Elena, creo que es hora de vernos, vamos a bajar el nivel de dificultad, despues de todo te debo una...
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