Benedek comenzó a preocuparse de que Elena no regresaba para ver los últimos detalles del arranque de Medusa. A pesar de que estaba listo todo para iniciar, debían a un mantenerse entre sombras pues desconocían la capacidad tecnológica de su enemigo, la única opción que tenían era probar en periodos cortos de tiempo y no repetitivos el funcionamiento de los equipos y el pareamiento con los satélites.
'¿Porqué no ha regresado? ¿Quizás este llorando a solas por que termino con ese tipo? Debería ir a buscarla', la conclusión a la que llego era para el la mas obvia, después de todo, Elena jamas había mostrado interés en tener algún tipo de relación romántica, en alguna ocasión le pregunto porqué había accedido a la petición de Carlos, su respuesta fue simplemente "por agradecimiento, el ha hecho tanto por mi, el fue el único que cuido de mi y quien dejo toda su vida en Europa para ayudarme", sin duda esto hizo que el corazón de Benedek sangrara pues no había estado ahí para ayudarla. 'Quizás si hubiera tomado una decisión diferente, estaríamos juntos', pensaba mientras caminaba hacia su habitación, sin embargo, se consoló diciéndose asimismo que aun había oportunidad...
La habitación en silencio guardaba los cansados cuerpos de Elena y Carlos, la primera yacia acurrucada sobre el muscular torso de su novio, quien la había hecho izar la bandera blanca después de un largo y extenuante ejercicio en la cama. Su cabello ondulado se encontraba totalmente en caos descansando sobre el hombro de Carlos, quien la abrazaba como si al soltarla fuera a desaparecer. Estaban agotados y aun así no podían dejarse, abrazados con sudor por todos lados bajo la sabana gris, ella aspiraba su único aroma y lo beso tiernamente en el cuello, "te amo" susurro suavemente a su oído, el sonrió y le dio un pequeño beso en la frente para luego reposar su barbilla en su cabeza, "gracias", dijo él. Esta respuesta saco un poco de balance a la joven quien esperaba una respuesta igual a la de ella, "¿porqué?", pregunto inmediatamente, moviendo la cabeza para mirarlo a los ojos. Con un poco de trabajo Carlos abrió los ojos para toparse con la mirada brillante y expectante de Elena, una mirada como de una niña que le quitaron su paleta, esto provoco una risa interior en él, llenando su corazón de ternura. Rozando suavemente nariz con nariz, suspiró y la miro con los ojos bien despiertos, "Por todo... por aceptarme como tu novio... por dejarme estar a tu lado en silencio... por contarme la verdad sobre tu doble vida... por cada tarjeta, virtual o real, que envías en mi cumpleaños... por todos los días que te sentabas bajo el árbol a leer junto a mi... por ser mi amiga y apoyarme en mi sueño... por ser siempre tu y dejarme apreciarte completa... desde el primer día hasta hoy... siempre te he amado Elena", entre cada frase le dio un pequeño beso, primero en la frente, luego en cada mejilla, en la nariz, en cada ojo y finalmente en la boca, "se que quizás no me creas, pero a pesar de buscar a alguien mas o de pensar que lo nuestro no podría ser, en el momento que necesitabas ayuda o me hablabas, mi corazón simplemente borraba todo lo demás y a todas las demás, es algo que no puedo explicar y jamas tuve el valor de decirte, hasta hoy... en verdad te amo".
Elena se quedo sin palabras, notaba la completa sinceridad de Carlos, podía sentir su corazón latir con fuerza mientras decía estas palabras conmoviendola hasta lo mas profundo de su corazón,de pronto, lágrimas rodaron por sus mejillas, eran lágrimas de inmensa alegría y también de inmenso dolor, ¿se podía sentir emociones tan poderosas al mismo tiempo? Elena las sentía, después de tanto tiempo el amor verdadero había llegado, mejor dicho estado ahí todo el tiempo pero también había sufrido tantas perdidas que el miedo de que fuera un sueño la aterrorizaba. Abrazo a Carlos sin poder decir una sola palabra, no podía expresar lo que sentía, solo quería abrazarlo y sentir la seguridad que siempre le brindaba. Él la abrazo fuerte, consolándola y dejándola ser, tantos años juntos habían generado un entendimiento tácito de él hacia ella, quizás no sabia lo que sentía o pasaba por la cabeza de Elena pero conocía su dolor y sufrimiento, conocía sus heridas y ahora, que sabia toda la verdad, comprendía mejor sus acciones y forma de ser. Después de todo, tenían una vida de conocerse y estar juntos.
- Tranquila bebe, tranquila - murmuró suavemente - aquí estoy, no me iré y prometo cuidarte, acompañarte hasta que te aburras o canses de mi y me cambies por un joven soldado - dijo el joven en tono de broma. Elena que ya estaba mas tranquila se río y solo dijo "tonto", limpiando su desastroso rostro con la sabana.
- ¿Qué? Es la verdad, siendo una capitana tan sexy, temo que tendré demasiada competencia - le guiño el ojo y la besó múltiples veces hasta que una Elena mas tranquila y sonriente se levanto tapándose con la sabana, dejando perplejo a Carlos por su cambio súbito.
- Tienes razón, estas aquí - dijo segura y confiada - y por eso quiero decirte que acabaré con la corporación de los Doce para vivir una larga vida juntos.