章節 27: Sweetness
Finalmente, después de una semana, el joven de ojos almendrados despertó, el techo blanco y liso fue lo primero que distinguió. El aroma a yodo y alcohol impregnaba el cuarto, sin embargo, un ligero aroma entre flores y cítricos lo hizo girar ligeramente a su derecha. Sentada en una silla con sus brazos y la cabeza recostados en su cama, Carlos pudo distinguir a la chica de su corazón. Con la fuerza que había ganado, movió su mano y trato de acariciar su cabello, suave y negro como la noche, los chinos estaban ligeramente enmarañados lo que era un indicio de haber dormido ahí. Se preguntó cuanto tiempo llevaba inconsciente. Miró por la ventana encontrándose con un sol naranja rojizo, "el atardecer" pensó.
La joven que estaba en el séptimo sueño, al sentir el constante roce de una mano en su cabello, despertó de un brinco con un ligero hilo de baba que se desprendía de su boca a su brazo.
- ¡Despertaste! - exclamó con la mirada un tanto confundida. Sin decir mas, se levantó dejando a Carlos sorprendido mientras la veía desaparecer por la puerta. Después de 5 minutos regreso con varios doctores y enfermeras que lo revisaron de pies a cabeza. Entre preguntas y exámenes, la mirada de Elena y Carlos no dejaban de cruzarse. Pareciera que tuvieran comunicación telepática.
"Estoy bien" decía él con su mirada, "pudiste haber muerto" respondía ella, "perdoname" respondía. Su conversación muda en medio del caos de los médicos, fue solo figurativa, en la mente de ambos pasaban muchas mas cosas.
Finalmente, después de todas las pruebas, el medico felizmente concluyo que se encontraba sin secuela algún, salvo por las heridas que requerían quince días mas de hospitalización para recibir cuidados posteriores en casa.
- Debido a que fueron heridas internas que pudieron lacerar mortalmente al paciente, los cuidados deben ser estrictos. En quince días le entregaré las indicaciones y la dieta que debe seguir el joven para recuperarse completamente. Tres meses es lo mínimo que requiere para evitar secuelas posteriores.
- Si doctor, entiendo, ¿puede recibir mas visitas?
- Si, ya pronto se movilizara a una habitación de recuperación y podrá tener libre acceso a visitas de familiares.
- Muchas gracias doctor.
- No hay nada que agradecer, es mi trabajo. Ahora nos retiramos para dejar al paciente descansar. Si necesita algo mas, ya sabe que estamos a sus ordenes
- Muy amable, gracias
Solos al fin. Carlos trataba de acomodarse en la posición de sentado en la cama. Elena sin decir nada lo ayudo a colocar su almohada en la espalda y lo miró indefinidamente como tratando de decir algo con rostro lleno de ansiedad.
- Ya se, no me mires así, si me vas a regañar hazlo, se que hice mal... - antes que pudiera terminar un repentino dolor le recorrió el cuerpo por el súbito abrazo de Elena. Ligeros sollozos se empezaron a escuchar y él solo acaricio su cabello con una mano, mientras con la otra le daba palmaditas.
- Perdoname... estoy bien, no llores, perdoname - su voz era suave pero llena de emoción.
Elena trato de controlarse lo mas que pudo, respiro tres veces profundamente hasta lograr contenerse. Soltó a Carlos y se sentó en la cama a su lado, apoyando su cabeza en el hombro que no estaba lesionado.
- Te amo - dijo en voz baja y sin previo aviso.
- ¿Como? - Carlos no sabia si escuchó bien, su corazón dio un pequeño brinco de emoción...
- Te amo, ahora lo se... - esta vez la voz fue firme y un poco mas fuerte - No vuelvas a hacer algo estúpido y poner tu vida en peligro.
El joven solo se quedo mudo. Solo logro asentar con la cabeza y murmurar un "mmm". "¿Estaba soñando? No porque sentía el dolor de las heridas... en verdad ella dijo que lo amaba" Una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de Carlos al tiempo que suspiraba.
- Te amo mas Elena - susurro en su oído. El aliento de Carlos hizo cosquillas a la chica que levanto el rostro para toparse con la amorosa mirada de él. Ahora esa mirada tenia mas significado, ya no dolía su corazón... sino que se sentía tibio. "¡Wow!" pensó ante el hermoso rostro que la observaba.
Un suave y profundo beso, lento y significativo, uno como jamas había sentido. Finalmente estaba en casa.
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MarcelaDumol
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