Después de un arduo día de trabajo y festejo incluido, Elena salió del lobby, extremadamente limpio y simple, como cualquier corporativo medico, el blanco dominaba el fondo. Debido a que Carlos le dijo que irían a cenar, en vez de su ropa deportiva de siempre, llevaba un vestido con escote en forma de corazón que resaltaba su encanto natural, manga tres cuartos verde olivo, cuya falda era tipo esponjosa con tul beige por encima, dando un efecto degradado al vestido. El largo exacto para no sentirse incomoda al subir o bajar. Sus accesorios combinaban perfectamente, resaltando los aretes largos que hacían ver su cuello esbelto y elegante. Como siempre, maquillaje ligero y peinado de trenza francesa lateral con algunos cabellos sueltos, dando un efecto desordenado pero elegante. Su mochila era lo único que no combinaba.
Mirando su celular, estaba por llamar a su novio cuando sintió una mirada sobre ella. Era él, esperando recargado sobre el vehículo, alto, guapo cuya vestimenta acentuaba su cuerpo tonificado. Su rostro mostraba una calma y ternura que solo ante ella podía sentir. Desde hacia algo de tiempo, cada vez que se encontraba con esa expresión, sentía que su corazón dolía, como una pared resquebrajándose. Debía ir a checarse con el cardiólogo.
- ¡Vaya! estas aquí, estaba por llamarte - dijo ella ocultando su embeleso.
- Si, llame a Eunice para estar justo a tiempo - se acerco para saludarla - estas hermosa - susurro en su oído haciendo que ella se ruborizara. Viendo su reacción, decidió bromear con ella.
- ¿Alguna ocasión especial? - dijo con su rostro desconcertado. Elena se quedo sin palabras, cierta persona dijo que habría una cena especial, habría entendido mal, después de todo no dijo que fuera con ella y tampoco le pregunto.
- Es broma - lanzó una carcajada mientras Elena se ponía mas roja, casi como un tomate - ¡Te pasas! ya no te voy a hablar - de una forma infantil, hizo un ademán empujando al chico por el hombro y cruzando sus brazos con expresión de puchero. Carlos la tomo de los hombros - ¡no! ¡dejam... - antes que pudiera terminar, la beso apasionadamente en los labios. Elena comenzaba a volverse fan de estos besos, no lo detuvo y lo beso de regreso. Quizás era la felicidad o excitación de haber tenido un fantástico día, su corazón se sintió ligero y su esencia rodeo su olfato. El rodeo con sus brazos su espalda y ella su cintura, al tiempo que, de forma inconsciente, levantaba su pie derecha como en las películas románticas.
Para sus compañeros que iban saliendo justamente del trabajo, esta muestra de afecto era como 'comer frente a los pobres', sabían que su jefa tenía novio pero jamas pensaron que serian tan atrevidos para besarse frente a la compañía.
-¡cof, cof, cof! - se escucho en el fondo. De pronto, Elena se dió cuenta que aun estaba frente al trabajo. De forma irreflexiva empujo a Carlos, quien tenia la guardia baja y fue a dar a la puerta del coche con cara de sorpresa y decepción. Ella estaba encogida de hombros, roja hasta el cuello, volteo lentamente para encontrarse a todo su equipo de trabajo que los miraban atentos como quien ha encontrado un animal raro.
- Jefa Líder, continúe, solo pasábamos por aquí - soltó Sebas, el residente que recién había entrado y era experto en molestar a todos. Elena, solo saludo de una forma robótica con la mano para luego jalar a Carlos y decirle que se subiera al carro. Ambos huyeron de ahí, mientras el equipo GreenBee los observaban fijamente desaparecer en el horizonte.