Tantas cosas habían pasado a lo largo de su vida, no sabía si eran mas malas que buenas pero sentía que si las pusiera en una balanza su corazón le diría que han sido mas tristezas que alegrías. Era como si cada vez que fuera a sentirse completamente feliz ocurriera algo. Ese miedo era su realidad, su caparazón y su cruz.
En un parpadeo, dos semanas habían pasado desde la visita a la familia de Carlos. Hacia tantos años que los conocía que en su juventud los llamaba "tíos". Ahora de grande, la insistieron en llamarlos mamá y papá. Durante su intento de suicidio, fue la sra. Cecilia quien la velo día y noche hasta que despertó. La lloraba como si fuera su verdadera hija. Ella era la mejor amiga de su madre, aun distanciadas por las circunstancias de la vida, se reencontraron cuando Elena tenia 13 años. Desde entonces, el cariño filial creció hasta verla como su propia sangre.
" Puede que hoy no lo quieras escuchar, pero hay gente que te ama Elena, naciste para amar y ser amada. No dejes que el pasado te quite la oportunidad de vivir una vida nueva y plena". Fueron las palabras que le dio cuando salió de rehabilitación. ¿Una vida nueva? Esa cuestión la hacia pensar si eso existiría para ella.
Frente a las 5 tumbas de su familia, su semblante era sombrío y gris. Miraba las fechas, los nombres, recordando los rostros y tantos recuerdos. Algo en ella cambiaba o quizás hacia tiempo que había cambiado. No sabia con certeza que había sido pero sentía su boca amarga. Ya no dolía como antes, las pesadillas disminuían y podía pasar días enteros sin recordarlos. Pero su corazón se sentía frío y roto.
De pronto, el pensamiento de Carlos se filtro en su meditación. La nube gris sobre su cabeza comenzó a disiparse. Su sonrisa, sus besos, las palabras tiernas...
- Mamá, tenías razón... - hablaba con la lapida frente a ella, como si realmente alguien pudiera escucharla - Carlos siempre estuvo enamorado de mi. Ahora, no se... no se si yo también podre amarlo - lanzo un suspiro de resignación.
- ¿Alejandro nunca regresara? ¿Crees que soy estúpida por seguir esperándolo? Tantas veces que me dijiste que el me había cambiado, que debía seguir adelante... - su rostro reflejaba el arrepentimiento y tristeza. No hablo mas, dejo correr tres cuatro lágrimas que cayeron sobre el ramo recién colocado. Limpio sus mejillas, tomo aire tratando de calmarse y beso la lapida.
"Madre adorada"... " Padre ejemplar"... "El mejor hermano"... " Las hermanas que no conoci por volverse ángeles antes de tiempo". Cinco miembros enterrados por ella, cinco frases grabadas, todas elegidas por ella, la única que quedaba.