Mientras todos levantaban sus copas y se enternecían por las palabras de Don Chazaro, una persona camino hacia donde se encontraban los comensales. Su aura enigmática atrapaba a cualquiera, la belleza que irradiaba era la de un guerrero romano. Su mirada oculta tras los grandes lentes oscuros, resaltaba sus facciones masculinas. El cabello corto tipo militar contrastaba con la vestimenta de motorista rebelde. Botas y pantalones de cuero, chamarra militar, mochila cruzada y cigarro en mano. Su preliminar aplauso atrajo la atención de todos.
-¡Marco! - exclamo la hermana de Carlos, Ofelia. Todos voltearon sorprendidos. Era en verdad que en tres años no lo habían visto, ¿acaso si era él? Doña Cecilia al verlo, estalló en lágrimas y se levantó presurosa para recibirlo. Marcos, quien se había quitado sus lentes, la miro con una ternura y amor indescriptible. Don Chazaro fue detrás de ella, ambos llenaron de cálidos saludos y palabras de bienvenida a su hijo, pronto llamaron al mesero para que colocara una silla mas cerca de ellos. ¡El hijo prodigo había vuelto!
Carlos y Elena estaban sorprendidos, finalmente su hermano había vuelto, la diferencia entre ambos era mínima, 1 año, a diferencia de su hermana Ofelia que era la mayor por 6 años.
Una vez que se sentó a la mesa con todos, escaneo a sus alrededores hasta detenerse en el lugar donde se encontraba una joven peculiar. Nadie noto el cambio en su expresión, de ligera sorpresa, la cual cambio al ver que su hermano sostenía su mano y la miraba amorosamente.
- Ahora si esto es una celebración completa, estoy mas que agradecida porque todos estén aquí y a la vida por dejarme ver una vez mas a todos mis hijos juntos. No puedo pedir mas para mi, solo felicidad y prosperidad para mis retoños. Los amo hijos, gracias - las palabras de doña Cecilia estaban llenas de entusiasmo y ternura.
- ¡Feliz cumpleaños y muchos años más! - gritaron a unísono todos. De pronto, un carrito con un enorme pastel, bellamente decorado con flores y frutos naturales, en estilo nude, apareció con una vela.
-" Estas son las mañanitas que cantamos a ti, hoy por ser día de tu santo, te las cantamos a ti..." - todos entonaron las "mañanitas", mientras la mirada de su mamá brillaba. Elena que observa a la imagen, de pronto, no pudo contenerse mas y se levanto justo en el momento que la señora soplaba las velas y todos aplaudían. Se fue llorando, huyendo de los recuerdos y emociones que le golpeaban el pecho.
Carlos fue detrás de ella, solo las personas. cercanas a donde estaban notaron su ausencia. Marcos sintió el deseo de seguirla pero se contuvo al tener a sus dos padres al lado. ¿Ella lo recordaría?