Viendo la mirada asesina del tío Bicho, Han Sen pudo ver lo cruel que debe haber sido en realidad. Han Sen suspiró, inseguro de si podría o no obtener más información de él. Pensando esto, decidió decirle:
—Tío Bicho, estuve en ese valle la otra noche.
El gesto del tío Bicho se convirtió en un asombro visible cuando miró a Han Sen.
—Ese era tu hijo, ¿no? Creo que puedo ayudar. —Esta era la única carta de triunfo de Han Sen. Si quería la información que buscaba, esta era la única manera.
El tío Bicho aún parecía estar furioso, pero preguntó:
—¿Cómo conoces a Puesta de Sol?
—La conocí. —Han Sen procedió a contarle al tío Bicho su encuentro con ella, dentro de las ruinas de los cristalizadores.
El tío Bicho, después de escuchar lo que le dijo, tenía una mirada compleja. Él dijo:
—Ella decidió vivir joven para siempre.
—Entonces, ¿realmente eras miembro del Séptimo Equipo? ¿Qué ha pasado? —preguntó Han Sen.