—El contrato nos obliga a rescatarlos. ¿No te estás preparando para moverte? —la Serpiente Viuda miró a Leylin con sus hermosos ojos. El poder de la ley que los rodeaba se estaba debilitando, y sus poderes se estaban erosionando.
Esta fue la penalidad por violar el acuerdo. Aun así, no contenía ninguna malicia o daño deliberado, por eso sólo causaba una leve caída en el poder que Leylin podía manejar.
—Ahora no. Shar tiene el control de la situación, y dentro del Mundo de las Sombras ella ahora mismo es invencible —Leylin negó con la cabeza.
Shar era una diosa astuta, tenía un plan para resolver todos sus problemas de una sola vez. Ella seguramente tendría sus maneras de manejar a Leylin y a la Serpiente Viuda, por lo que si se lanzaban apresuradamente ahora, efectivamente caerían en su trampa. Hasta la Serpiente Viuda no tenía más remedio que ser prudente al enfrentar a esta diosa loca y salvaje.
—Siento lo mismo... —suspiró la Serpiente Viuda.