Jésica sonaba muy calmada, pero su voz tocó lo más profundo y tierno del corazón de Marvin, que era un gran pensador, pero las personas inteligentes tienen la capacidad de complicar las cosas más simples.
Especialmente cuando obtenía tanta información adicional.
Para ser honesto, cuando dejó el Reino de la Diosa de la Verdad, Marvin se sentía abrumado. Comenzó a dudar acerca de si tendría significado asesinar a la Madre Fantasma Final. Pero las palabras de Jésica lo despertaron y recordó su intención original, lo que quería hacer, ¿no quería proteger las cosas que atesoraba? El hermoso Valle Río Blanco, su devota seguidora, Ana, que siempre le apoyaba en silencio, y ese adorable y talentoso hermano menor. Marvin los valoraba profundamente…