Un sonido agudo hizo eco en la habitación.
Los ojos de Madeline estaban bien abiertos, mirando a Marvin con incredulidad. Su suave camisón fue desgarrado por él, exponiendo su impecable piel. Su pecho fascinante se mostraba claramente bajo la luz de las llamas.
Al instante siguiente, la mano de Marvin presionó el pecho de Madeline.
––Escuché que los Súcubo se vuelven extremadamente sensibles después de la transformación. Desafortunadamente, nunca tuve la oportunidad de verificar eso. Pero parece que la Señor de la Ciudad ahora puede satisfacer mi curiosidad ––dijo Marvin, hablando muy despacio.
Madeline entró en pánico.
––¡Detente, bastardo! ––protestó ella con desdén.
¡Marvin puso bruscamente más fuerza en el pecho!
––¡Aaaah…!
Madeline no pudo evitar dejar escapar un gemido.
––¿Pero pareces estar disfrutándolo?