—Deja de ser tan ingenua, ¿en serio piensas que te lo diría? —contestó Pudin con desdeño.
—¡Apestas! Hay tantos hombres en el mundo, ¿por qué tienes que luchar contra mí por el apuesto Su? ¡Por Dios, somos hermanas! —dijo furiosa Frijolito.
Pudin inclinó la cabeza para mirar a Frijolito.
—Tienes que estar bromeando, Qin Mumu, ¡se supone que yo soy la que tiene que decir eso! Claramente yo conocí al apuesto Su antes que tú...
—No, claro que no, somos gemelas nacimos al mismo tiempo, lo que significa que conocimos al apuesto Su al mismo tiempo —dijo Frijolito con énfasis.
—Adelante, usa ese cerebro de cerdo que tienes. Soy mayor que tú por algunos segundos, ¿de acuerdo?
—¿Y qué si naciste algunos segundos antes que yo? Quién sabe cuál de las dos elegirá el apuesto Su...
—En serio, dejemos de discutir. Me parece que el regreso de papi fue un gran golpe para él —Pudin agachó la mirada extremadamente preocupada.