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—¿Qué?
Solo una oración de Huo Mian hizo dudar a Qin Yumin quien ya tenía un pie en el aire.
—¿Papá no querías ver a tus nietos? —las lágrimas no paraban de caer del rostro de Huo Mian.
—Mian, ¿en serio...? —Huo Mian asintió aún llorando.
—Es genial, la familia Qin tiene un descendiente ahora... —Qin Yumin levantó la cabeza y suspiró.
Los bomberos aprovecharon la oportunidad y corrieron hacia él para bajarlo de la cornisa del techo.
La escena hizo transpirar a los espectadores.
Finalmente el corazón de Huo Mian se tranquilizó.
La señora Qin estaba tan conmovida que se le dieron vuelta los ojos y se desplomó contra el piso.
—Mamá, ¿te encuentras bien? —Huo Mian la atrapó de inmediato.
—Dr. Huo, creo que su suegra podría estar en shock por el susto —dijo la enfermera para tranquilizarla.
—Por favor, llévenla a la emergencia para ver qué es lo que sucede.
—Está bien.