—Aún no...
—¿Qué harás entonces?
—Está bien, no sirve de nada encontrarla ahora. Nadie le creerá ni aunque explique la situación... En este momento, estoy consolando a la familia de las víctimas e intentando saber cómo pasó esto... GK simplemente no aceptará ser el chivo expiatorio de este incidente. La demolición forzosa no es grave, pero la muerte de cinco personas, sí. No podemos permitirnos asumir la culpa de algo así...
—Ajá, ten cuidado.
—Cariño, ¿ya cenaste?
—Todavía no, estoy en camino a ver a papá ahora. Comeré con ellos antes de ver a unos clientes esta noche.
—Gracias por todo tu esfuerzo... —dijo Qin Chu, que estaba muy triste. Deseaba poder estar en distintos lugares al mismo tiempo, así su esposa no se vería forzada a lidiar con todo en Ciudad C.
—No me agradezcas, somos familia. Tus problemas son mis problemas.
—Ajá, iré a casa en cuanto termine.
—Está bien.