Huo Siqian miró a su alrededor.
—¿Están todos aquí?
—Sí—respondió la secretaria.
—Entonces, empezaremos. El centro de nuestra reunión es discutir la negligencia de mi querido hermano Huo Siyi en el proyecto del cual se encargó esta vez. Siyi, diles a todos al respecto.
Huo Siqian arrojó los documentos en la mesa, entonces, se recostó en su silla, impaciente. Huo Siyi estaba algo nervioso, no era lo suficientemente valiente como para hablar.
—Siyi, ¿qué ocurrió? —preguntó Shen Jiani, en pánico.
—Cada uno de ustedes tiene una copia detallada de los documentos. Si el vicepresidente Huo tiene demasiada vergüenza como para decírselo él mismo, entonces pueden verlo allí.