—¿Ah? Mian, creo que alguien te está llamando.
—Yo también lo oigo —respondió débilmente Huo Mian.
—Huo Mian, ¿dónde estás? ¡Muéstrate! —la histérica voz femenina provenía de una mujer que también vestía con bata blanca.
Su largo cabello estaba ondulado y su aspecto era mejor que el de la mayoría. Su rostro estaba embardunado con maquillaje seductivo, pero su cutis era extremadamente desagradable.
—Mian, ahí. Eh, ¿no es ella enfermera del departamento de oftalmología? —dijo Huang Yue, apuntando a la puerta.
Huo Mian volteó. Su compostura seguía calmada aun después de ver a He Man.
He Man vio a Huo Mian al mismo tiempo, y se dirigió directamente hacia ella de forma agresiva.
—Mian, no parece venir con buenas intenciones. ¡Ten cuidado! —le advirtió Huang Yue.
Huo Mian asintió sin decir nada
—Huo Mian, levántate.
—¿Hay algún problema?