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¡Hola!, ¡mi nombre es Ai Sakuranomiya!, yo era una secretaria recién graduada trabajando para una gran empresa aquí en Tokyo Japón.
La verdad es que era bastante torpe, tenía mala suerte en todo, cualquier cosa que me propusiera, cualquier objetivo o meta, salía mal al final.
Te estarás preguntando, ¿porque habla en tiempo pasado?, simple, por que fue esa misma idiotez la que se encargó de acabar con mi vida.
Vivía sola en mi departamento, un dia como cualquier otro se me hacia tarde para ir al trabajo, me vesti lo mas rapido que pude y salí corriendo a toda velocidad, sin embargo me despisté y no preste atención al cruzar la calle, fue en ese momento en que un autobús chocó conmigo y morí al instante.
Al haber muerto tan joven y sin cumplir mis objetivos de vida quede varada en este plano terrenal, me convertí en una fantasma y decidí quedarme en mi apartamento por el resto de la eternidad.
Sin embargo, un tiempo después un chico alquiló el lugar, su nombre es Koharu Fukuke, es un estudiante de la misma preparatoria a la que asistía yo.
Varia gente había intentado rentar el lugar en el pasado, pero al oír mi historia huían despavoridos del miedo temiendo que el departamento estuviera embrujado (que ciertamente lo está), pero a este chico no le importó y se terminó mudando aquí.
Al principio intente asustarle de mil maneras para que se fuera, pero él no cree en fantasmas por lo que cualquier acción que hacia yo le buscaba un significado lógico por lo que al final decidí rendirme.
Es un chico solitario sin amigos, al principio mi plan era ignorarlo, pero al convivir con él entre comillas le fui agarrando cariño, al verlo estudiar, comer, descansar, llorar y esforzarse para cumplirse sus sueños provoco que me terminara enamorando de él.
Así que decidí apoyarlo moralmente en todo lo que hiciera, no importaba que no pudiera verme o hablarme, yo estaría ahí todos los días para recibirlo después de un dia cansado de escuela, para acompañarlo mientras come y estar con él en sus tiempos de ocio para al final ir a dormir juntos en la misma cama.
El simplemente hecho de estar cerca de él me hace feliz, no necesito nada mas, mentiría si dijera que no necesito hablar con él, abrazarlo, que me vea, pero es imposible por lo que es mejor conformarse.
¡Esa es mi politica de vida!, emm, mas bien, ¡política post-vida!, ¡estar con él será mi objetivo por el resto de la eternidad!.