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82.79% Un Rudeus diferente / Chapter 153: Una Nueva etapa.

Chương 153: Una Nueva etapa.

Estuve toda la noche despierto mientras Ariel dormía apoyada en mi hombro, mientras yo sostenía a Edward. Cerca de las cinco de la mañana, él empezó a llorar.

—Ariel, Ariel, despierta, el bebé despertó tiene hambre debes darle teta.

—¿Qué? Si, dámelo —dijo mientras le daba el pecho.

Amor, ¿no has dormido nada? .

—Ya te dije que los cuidaría toda la noche, además estás débil por el parto.

—Gracias por quedarte, amor.

—No hay problema —dije mientras volvía a mirar a su bebé, que se había calmado mientras tomaba leche .

—No puedo creer aún que fuimos padres, Rudy.

—¿Fuimos? , pregunte confundido.

—Bueno, sí, tú con tus esposas e hijos y ahora yo con Edward —dijo nerviosa.

—A eso, claro, jaja. Pensé que me estabas confesando que soy el padre de Edward.

—Jejejeje, perdón, me expliqué mal, Rudy.

—Sí, creo que sí.

Nos quedamos despiertos con Ariel, mirando a Edward, hasta cerca de las 8 de la mañana, cuando entraron Kleene y Elmore a darle desayuno.

—Bueno, creo que iré a dormir un poco antes de irme, Ariel.

—¿Quieres comer un poco? ¡ Quedate aquí Aquí conmigo!

—Es que en verdad tengo sueño, Ariel.

—Bien, Kleene, ¿puedes llevarlo a alguna habitación para que duerma un poco ?

Claro, majestad —dijo Kleene—, que me llevó a una habitación donde caí dormido de inmediato.

—¿Cómo pasaste la noche, majestad? —preguntó Elmore.

—Bien, Rudy me cuidó toda la noche; se quedó despierto con nuestro hijo en sus brazos. Sabes, cuando desperté esta mañana, se veía muy tierno mientras sostenía a nuestro bebé . Estuve tentada a confesarle la verdad.

—¿Lo harás, majestad?

—No puedo, pero haré todo lo posible para que Edward y los hijos que tendré con Rudy crezcan con su padre.

En ese momento, Elmore hizo pasar a las empleadas que bañaron a Ariel y cambiaron las sábanas.

Mientras Ariel desayunaba y a Edward le cambiaban de ropa, tocaron la puerta.

—Majestad, soy Luke, Silphy y Eris Acaban. de llegar y quieren verte, ¿podemos pasar?.

—Pasen —dijo Ariel.

Rápidamente, Silphy entró y abrazó a Ariel, mientras Eris tomaba posición en la puerta como una guardia .

—Vine apenas pude. Vi el mensaje anoche; iba a venir de inmediato, pero Lucy no quería que la dejara sola,.

—Oh, no te preocupes Silphy, todo salió bien.

—Rudy me dejó dicho que tuviste complicaciones y el bebé nació prematuro.

—Eeeeeh, sí, bueno, pero no hubo problema; trajimos a un buen doctor y Rudy vino a ayudar con su magia de curación.

—Ya veo, ¿y dónde está Rudy?

—Oh, el no durmió; fue un parto complicado y luego hizo guardia. Ahora está durmiendo en una habitación.

—Ya veo, así que el bebé es niño o niña.

—Es niño, se llama Edward, -tómalo- dijo pasándolo a Silphy.

—Vaya, es idéntico a ti, majestad. Creí que saldría parecido a su padre.

—Uffff, sí, gracias a Dios que no.

—¿Por qué dices eso? ¿El padre es feo?.

—No, no quiero decir eso; este Eeeeeee, yo quería que se pareciera a mí, ya sabes.

—Sí, te entiendo; nuestros hijos son todos parecidos a nosotras, salvo Lucy.

—¿De qué hablas, Silphy? Lucy es idéntica a ti, salvo por el pelo, que tiene el color de Rudeus. Ars lo mismo, se parece a mí, salvo por los ojos que sacó a Rudeus, y Lara, bueno, ella es un clon de Roxy, salvo que será más alta y tiene la mirada de Rudy.

—Bueno, sí, tienes razón, Eris; eso es raro, ya que Rudy es idéntico a nuestro suegro.

En fin, estoy desviándome del tema. El príncipe es hermoso, jejeje. Tal vez termine enamorado de alguna de nuestras hijas.

—Eeeeeee, no se podrá, —dijo Ariel—. Rudy será padrino; es ilegal que los hijos del padrino se casen con su ahijado.

—Pffff, qué ley tan absurda, dijo Eris.

—ASÍ ES LA LEY, dijo Ariel, algo malhumorada.

—Lo siento, majestad—dijo Eris avergonzada— no sabía que fuera algo tan serio.

—Si lo es, lo siento. En fin, gracias por visitarme; se los agradezco mucho.

—Por cierto, majestad, tome, —le dijo Eris, pasándole varias cajas de chocolate— Rudeus las dejó en casa; olvidó traerlas.

—Oh, gracias, no sabes cómo extrañaba esto.

Silphy se quedó toda la mañana hablando con Ariel, salvo Eris, que fue a ver a Rudeus. Cuando lo vio dormido, se acostó a su lado mientras le acariciaba el pelo.

Esa tarde, los tres pasaron a ver a Ariel antes de regresar a la Sharia.

—¿Ya se van? ¿Por qué no se quedan unos días más?.

—Lo siento, Ariel. Me graduaré dentro de poco y Lucy estará de cumpleaños unos días después; será su quinto cumpleaños.

—Ya veo. Bueno, vengan a despedirse de Edward —dijo Ariel, pasándome al bebé.

—Bueno, amiguito, vendré a visitarte en unas semanas, lo prometo —le dije mientras le besaba la frente y se lo pasaba a Silphy.

—Vaya, su mirada me recuerda a alguien por alguna razón.

—Pffff, obvio, a Ariel —le dije.

—No, Rudy, no sé, es algo familiar.

—Yo veo que se parece a la reina —dijo Eris, mientras le acariciaba la mejilla.

—Bien, llegó la hora —dije, pasándole el bebé a su madre, que por cierto se veía muy nerviosa por alguna razón —. Vendremos pronto, lo prometo.

—Eso espero Rudy —me dijo Ariel, sonriendo, y esa tarde partimos de regreso a casa, donde nos esperaban el resto de la familia expectantes, entre ellos papá, por alguna razón.

—¿Y qué fue? —preguntó Roxy.

—Fue un varón, su majestad lo llamó Edward, dijo Silphy con una sonrisa.

—¿Y a quién se parece? —preguntó Paul, entrecerrando los ojos.

—Es idéntico a Rudeus —dijo Eris.

En ese momento, Nana, Roxy, Norm, mamá y papá me empezaron a golpear de manera asesina :

—, DESGRACIADO, CÓMO PUDISTE! —¡LO SABÍA, RUDY, ERES UN MAL HIJO. SABÍA QUE ERAS EL PADRE ! —¡SAN MILIS TE CASTIGARÁ, HERMANO! —¡YAAAAAAA!

—¡AAAAAAUCH! ¡DEJEN DE GOLPEARME! ¡AUCH! ¡NANA, DIJISTE QUE NO SABÍAS KARATE! YAMETE KUDASAI, NANA, YAMETE KUDASAI AAAAAAAH NO ROXY CON EL BASTÓN NO AAAAAAA, NO NORM LA ESPADA DE MADERA NO UUUUUUUUUH.

—Jajajajajaja, estoy bromeando, no se parece a Rudeus, es idéntico a Ariel, jajajajajaja. Solo quería ver su reacción jajajajajaja .

—Eso no fue gracioso, Eris —le dijo Silphy.

Pero mamá no había parado la paliza.

—¡Yaaaa, mamá, basta, por favor! —Luego de que Paul la calmó, tuve que lanzarme magia curativa.

—Maldita sea, Eris, ¿por qué dijiste eso? —pregunté muy enojado.

—Jajajajaja, vamos, es una broma. Todos estaban aquí de chismosos para saber si el rumor es cierto, aunque nunca pensé que te golpearían en el suelo amor.

—Lo siento, Rudy, no sé qué me pasó —dijo Roxy.

—Ese bastonazo dolió, amor.

—Siento haberte pateado en tus bolitas, me dijo Nana.

—NO LES DIGAS BOLITAS, y esa patada de karate me dolió, me dijiste que no sabias artes marciales eres una mentirosa.

—de hecho no se Rudy, solo hice lo que le enseñó mi maestra de Gimnasia que hacer si me ataca un pervertido.

—¿TENGO CARA DE PERVERTIDO?.

— Bueno la otra nochee dijiste que me disfrazara de...

—Shiiiiiiiiii, no digas nada, mis padres y hermanas están aquí, auch aun me duele la cabeza.

—Eeeeeh, lo siento, hijo, no sé qué me pasó, cuando te peteaba en el suelo .

—No te preocupes, papá, esto es culpa de Eris (mañana vas a pagar en la práctica de esgrima, viejo).

—No fue mi culpa, nunca pensé que reaccionaria así, en especial Roxy. Se justificaba Eris.

—Bueno, yo me dejé llevar cuando lo estaban golpeando en el piso.

—Mmmmm, vengan a comer algo será mejor; nos dijo Aisha que había preparado la cena y nos miraba desde una esquina .

Luego de comer, Eris me habló.

—Bien, Rudeus, esta noche es mi turno.

—Oh claro que no, estas semanas solo estaré con Silphy, ustedes me golpearon.

—¿En serio? —me dijo Silphy con una sonrisa.

—Claro, amor.

—Yo no te golpeé —me dijo Eris, enfurruñada.

—No, pero fue tu culpa. Vamos, Silphy.

—Sí —dijo, saltando a mis brazos.

Mientras llevaba a Silphy en brazos como una princesa, esta les sacaba la lengua a las otras chicas.

—Maldita sea, ustedes idiotas, tenían que golpearlo, ¿no?

—¿Y para qué haces bromas idiotas, Eris? —le dijo Nana.

—Pffff, ya nadie tiene sentido del humor en estos días.

—Tú nunca has tenido sentido del humor Eris —le dijo Roxy, apuntándola con el dedo.

—No me apuntes con el dedo enana.

—¿Como me dijiste?, le dijo Roxy muy enojada.

—Ya, ya, ya, dejen de pelear —les dijo Nana. —Será mejor ir a dormir.

—Bien —dijo Eris, quien subió y dio un portazo en su habitación.

A medianoche, Eris y Roxy pasaron a dejar a Ars y Lara dormidos en la habitación de Nana, y luego se podían escuchar una gran discusión en la habitación de Eris.

—Dios, esas tontas aún pelean —pensó Nana. Cuando de pronto escuchó golpes y quejidos.

—Dios, esa loca de Eris está golpeando a Roxy —pensó. Rápidamente se levantó y abrió la puerta de la habitación de Eris.

—¡Aaaaa! —sí, Eris, así gemía Roxy de placer — ¿te gusta como te lo hago Roxy?, le decía Eris.

Nana miró pálida, cerró lentamente la puerta y volvió a su habitación.

—Grrrrrr , esa imagen me perseguirá por el resto de mi vida, malditas degeneradas —dijo Nana mientras sentía un escalofrío, antes de caer dormida.

Esos días le informé a Orsted del nacimiento de Edward; por alguna razón, estaba complacido, hasta diría que noté una sonrisa. Al parecer, mi ahijado es muy importante en el futuro.

Esas semanas pasé todas las noches con Silphy; fue como cuando éramos novios y solo dormía con ella, a excepción de unos días que viaje a Ars. Con Eris, papá y mamá por el regalo para Lucy.

—¿Qué espada le van a regalar? —pregunté.

—Le compraremos una espada parecida a la que te regalé en tu quinto cumpleaños, Rudy —dijo papá.

—Sí, así es, me gusta esa espada —dijo Eris—. Cuando era niña, me sentía cómoda practicando con ella.

—Bien, entonces, ¿cuánto estaremos en Ars?

—Solo hoy —dijo papá—. Esa espada es común encontrarla. Además, cuando Eris vino con Silphy, ya la había dejado encargada.

—Oh, qué bien, volveremos pronto, aunque quisiera pasar a visitar a Ariel —dije.

—Mmmm, ¿por qué? —preguntó Eris con un tono en que note una ligera molestia .

—Porque soy el padrino del príncipe y se lo prometi la última vez . Ya deja de fastidiarme, aún estoy enojado contigo, Eris.

—Pfff, no tienes sentido del humor. Rudeus

Una vez que tuvimos la espada, pasamos a la residencia privada de Ariel, donde descansaba después del parto. Allí fuimos recibidos por Luke y Tristina, que sostenía a Armad, que ya casi tiene 4 meses.

—Felicitaciones, Luke, lady Tristina —dijo papá, acariciando la mejilla de Armad—. Diablos, se parece a mi padre.

—Sí, bueno, eso me han dicho. Adelante, su majestad, y el príncipe los esperan, nos dijo Luke .

Cuando entramos a la sala, Ariel descansaba en una gran silla con Edward en brazos. Ya con 2 semanas, se podían ver mejor sus rasgos y, de hecho, sí se parece a Ariel.

—Gusto en verte, Rudy. Lady Eris, Lord Paul y Lady Zenith.

—El gusto es mío, alteza —dijo papá, haciendo una reverencia que Eris copió torpemente.

—Qué gusto que vinieran a visitarme, tal como prometiste Rudy.

—Sí, vinimos por un regalo para Lucy y aproveché para visitarte a ti y a mi ahijado.

—Oh, sí, ven, tómalo en brazos Edward te extraño .

—¿Estás segura? Es el príncipe.

—Oh, vamos, no seas tímido —dijo, pasándomelo en brazos.

—Hola, amiguito, ¿cómo estás? ¿Te estás portando bien con tu mami?

—Oye, Rudy, no le hables así, es el futuro rey —me regañó Paul.

—Oh, déjalo, Lord Paul, es el padrino. Quiero que mi hijo tenga una buena relación con Rudy y su familia.

De pronto, mi mamá lo quedó mirando y le acarició la mejilla.

—Es lindo, ¿no, mamá?

Zenith me miró a los ojos y luego al bebé. Luego estiró sus brazos, pidiéndome que le entregara a Edward.

—No puedo pasártelo, mamá.

—Deja que lo sostenga, Rudy —me ordenó Ariel.

—¿Estás segura?

—Sí, hazlo.

Cuando le pasé el bebé a mamá, esta lo sostuvo tiernamente en sus brazos mientras lo miraba fijamente a los ojos. Luego se acercó a Paul y se lo enseñó; papá también lo miró, para luego darme una mirada a mí.

Finalmente, mamá me pasó a Edward.

—A tu madre pareció gustarle mi hijo, ¿no, Rudy? , me dijo Ariel.

—Sí, bueno, a mamá siempre le gustaron los bebés.

Bien, amiguito, te llevaré con tu madre, dije mientras se lo pasaba a Ariel.

—¿Ya te graduaste, Rudy?

—En tres días. Ya aprobaron mi tesis, y como ya era rango B en el gremio, quedaré con ese rango.

—Me alegro por ti, Rudy. La próxima vez te tendré un regalo por tu graduación.

—No, gracias, no necesitas darme nada, Ariel; ya me has dado mucho.

—Sí, y no sabes cómo te he dado, pensó Ariel para sí misma—Como sea, ten, me dijo, pasándome una caja donde había un hermoso collar con una piedra mágica azul.

—¿Qué es esto?

—Es para Lucy, por su quinto cumpleaños. Es un collar antimágico; repele hechizos de nivel intermedio.

—Vaya, es muy lindo, te lo agradezco ella estará feliz.

—¿Por qué no se quedan esta noche?

—Lo siento Ariel, de verdad, debemos regresar; además, Cliff volverá a Milis y planeo que me consiga una audiencia con el Papa.

—Ya veo, pero ya es tarde, quédense ; mañana se van temprano.

—No, ¿qué dicen, chicos? —le pregunté a mi familia.

—Si por mí no hay problema —dijo Eris.

Esa noche cenamos con Ariel; luego de la cena, nos dedicamos a hablar y contar historias. En esta oportunidad, les hablé sobre la guerra de Troya y la Odisea. Por alguna razón, el guardia en armadura dorada me aplaudía cada vez que terminaba alguna historia, ese tipo me tiene muy intrigado, no se porque me da la sensación de que me llevaría muy bien con el, tiene esa aura de esos tipos con los que es agradable compartir una cerveza.

Esa noche, cuando ya nos íbamos a dormir , Ariel me pidió a mí y a Eris si podíamos dormir en su habitación para cuidarla, así que dormimos en un gran sillón cerca de la reina.

Cerca de las 3 de la mañana, Edward despertó llorando , y fui a verlo.

—¿Qué pasó? ¿Tienes hambre, campeón? ¿O debo cambiarte el pañal? Dejame despertar a tu mami.

—Rudeus, ¿qué haces?

—Despertar a Ariel; el príncipe tiene hambre.

—No la despiertes, tráelo —dijo Eris, que se sacó una teta y le dio leche.

No creo que su majestad se moleste, ¿no?

—No lo creo, dije mirando a Ariel, que dormía profundamente.

Vaya, Eris, qué linda te ves amamantando. Casi nunca te veo hacerlo con Ars; siempre lo hace Roxy.

—Sí, bueno, entreno mucho y Roxy me ayuda, aunque pronto dejará de dar leche. Ya desteto a Lara, aunque yo le doy teta a escondidas a veces, pero no le digas a Roxy.

—Vaya, nunca te imaginé del tipo mamá osa.

—Jajajajajaja, supongo que lo soy. Es un niño lindo, ¿no crees?

—Sí, lo es. Bueno, su madre es hermosa.

—Sí, aunque me da miedo cuando me mira y me guiña el ojo.

—Jajajaja, ¿tú, Eris, atemorizada? Eso es nuevo.

—Esa es la reina, tonto. Tú vienes de otro mundo y todo lo tomas como si fuera lo más normal.

—Shiiiii no hables tan fuerte de eso, Ariel no lo sabe. Y no es así como dices, aún me cuesta creer dónde estoy. Cuando era niño, solo planeaba tener una vida tranquila como la que tenía en el otro mundo. Nunca me imaginé en estas circunstancias.

—Supongo —dijo Eris, que miraba al príncipe—. Vaya, es igual de intenso que Ars para tomar leche.

—Por favor, Eris, es solo un bebé; todos son iguales.

—Lara no, mmmm, qué raro, me recuerda a Ars por alguna razón.

—Es porque lo extrañas, le dije.

—Sí, amo a mis hijos, dijo Eris mientras le quitaba la teta a Edward, le besaba la frente y lo dejaba amorosamente en su cuna.

—Vamos a dormir, Rudeus; cuando regresemos, vamos a hacer otro bebé.

—Aún estoy molesto por la golpiza, Eris.

—Pffff, llorón—, dijo, besándome mientras me abrazaba y dormía en mi pecho.

—Buenas noches, amor—.

Mientras Ariel los miraba de reojo, ella había visto y escuchado todo desde que Rudeus tomó a su hijo que lloraba y solo pudo sonreír por lo cariñosos que fueron con su bebé .

Al otro día nos despedimos de Ariel, prometiendo visitarla pronto. Me despedí de Edward y para variar, Ariel me llamó a una reunión a solas donde estaba Tristina qué hacía de guardia, ahí Ariel se despidió de mi con un intenso beso, haciéndome prometerle qué los visitaria a menudo.

Esa mañana ya estábamos de regreso en la Sharia.

Dentro de 2 días me gradúaba.

Y así, después de 7 años, había llegado el momento de mi graduación; mi diploma me lo dio el propio subdirector Jinas, quien soltó algunas lágrimas.

—Realmente quería que fueras él, el estudiante de tu generación, Rudeus.

—No hay problema, maestro; la verdad no me interesan los títulos.

—Realmente eres el mago más talentoso y himilde que he visto en toda mi vida,muchacho, fue un honor enseñarte lo poco que sé.

—Oh, por favor, maestro usted me hizo mago santo de fuego , gracias por todo. Dentro de poco años , mi hija entrará a la universidad; ella también es maga silenciosa.

—Y estaré complacido de enseñarle, me dijo mientras me daba un apretón de manos.

—Rudeus, espero algún día tenerte de docente aquí.

—Mmmm, ahora mismo no puedo, maestro, pero tal vez pueda dar clases de vez en cuando si es que se calman las cosas.

—Bien, felicitaciones de nuevo, muchacho.

Y así me gradué, bajo la mirada de toda mi familia que estaba ahí, y Norm, que estaba sentada junto a los docentes en su calidad de presidenta del consejo estudiantil. El próximo año sería su turno y el de Aisha de graduarse.

Esa noche, en mi casa, hicimos una fiesta por mi graduación.

Llegó un momento en la fiesta en que quedamos Cliff, papá, Zanoba y yo bebiendo.

—Viajaré dentro de un mes a Milis. Esperaba usar un círculo de transporte de la cabaña Rudeus.

—Claro, Cliff, no hay problema. Oye, viejo, eeeh, quisiera acompañarte.

—Jajaja, sabía que dirías eso, pero estaré bien, no te preocupes. Apenas tenga un buen cargo, mandaré a buscar a Liz y Clive. Hasta ese momento, por favor cuida de ellos, aunque vendré cada cierto tiempo para calmar la maldición de Liz.

—Oye, Cliff, aun así iré en un tiempo a Milis; debo hablar con tu abuelo de la alianza.

—No hay problema, te conseguiré una audiencia.

—Gracias, viejo. Por cierto, ¿estás seguro de que no quieres que vaya contigo? Diablos, eres el nieto del papá; los cardenalistas podrían tratar de atentar...

—Jajaja, no, estaré bien, relajate. Y cuando me establezca, me uniré a tu ejército, como lo prometí.

—Bien, supongo que si eso quieres, amigo, está bien.

Por cierto, la próxima semana es el cumpleaños de Lucy; espero que asistan.

—No me lo perdería, maestro —dijo Zanoba y Cliff asintio.

Seguimos bebiendo mientras las chicas reían y los niños jugaban , hasta que Cliff cambió de tema de conversación.

—¿Y a quién se parece el príncipe?

—¿¿Cuál príncipe??

—No te hagas el idiota, Rudeus, el hijo de Ariel.

—Aaaaaaa, se parece a ti, Isolte esta muy molesta contigo .

—¿Qué? ¿Cómo? Imposible, ¿por qué? , decía Cliff mientras su rostro se desfiguraba.

—Jajajajajaja, relajate, Edward se parece a su madre.

—Eso no fue gracioso, idiota. Imagínate, Liz escucha eso, decía Cliff agitado mientras se tomaba el pecho.

—Dios, qué dramático eres.

—Creí que se parecería a ti, maestro— dijo Zanoba algo ebrio y sonriendo .

—Muy gracioso, Zanoba. No, no se parece a mí y no digas eso, el bebé es idéntico a Ariel. Cuando volvimos el otro día, Eris dijo que el bebé se parecía a mí en broma, y toda mi familia me golpeó.

—No fue para tanto, Rudy.

—Me pateaste en el suelo, papá junto con Nanahoshi, mientras Roxy y Norm me golpeaban con el bastón y la espada de madera. No fue gracioso.

—Jajajajajaja.

—¿De qué mierda te ríes, Cliff?

—De nada, me lo estaba imaginando.

—Lo siento, Rudy, no debimos reaccionar así, además no te pegamos tan fuerte.

—No olvidaré eso, viejo.

—Oh, por favor, al otro día tú y Eris se vengaron en la práctica de espada; me golpearon duro.

—Te lo merecías.

—En fin, ahora tienes una gran responsabilidad con ese bebé, maestro, dijo Zanoba .

—Lo se, Edward es muy lindo, dije .

—Viejo, sonríes como si el niño fuera tu hijo, dijo Cliff.

—Es un niño tierno—dije.

—Me causó cuidado la reacción de tu madre, hijo.

—¿Qué hay con ello? Ella siempre se comporta así con los bebés, también con Clive.

—Lo se, pero su mirada fue como cuando mira a Lara.

—¿Aún sospechas que el bebé es mío, cierto, papá? .

—Mmmmm, no digo que tú seas culpable hijo, pero nunca voy a confiar en la realeza Asurana; además, sentí un pinchazo en el corazón cuando vi a ese niño.

—Oh vamos, papá, eso es porque ya eres un cuarentón y te estás volviendo un viejo sentimental.

—Ya, cállate.

Esa noche seguimos celebrando hasta el anochecer, cuando ya terminábamos Elinalise me llamo a un lado y me expreso sus preocupaciones por Cliff. Me pidió acompañarlo, lo pensé un momento y le dije que lo cuidaría en las sombras ya que Cliff no quiere que lo ayude, aunque Elinalise quedo muy preocupada por ello.

Como fue costumbre esas dos semanas, esa noche la pasé con Silphy.

—Ufffff, eso fue delicioso, Rudy.

—Es que eres muy sabrosa, amor, dije, besándolo en el cuello.

—Felicitaciones por graduarte de nuevo

—Gracias, amor.

—Ahora, ¿qué harás? .

—Por lo pronto, iré al reino del rey dragón a establecer relaciones entre ellos y el ejército del dios dragón.

—Ya veo, ¿no irás a Milis?.

—No , Elinalise me pidió que cuide a Cliff, pero él no quiere que me entrometa.

—Amor, trata de ir con él primero; la abuela está muy preocupada, me dijo con ojitos de cachorro y moviendo sus orejitas.

—Bien, veré qué hago, amor, siempre me haces cambiar de opinión .

—Gracias, Rudy. Ahora ven, pon un bebé dentro de mí; ver a Ariel con su bebé solo me hace desear volver a tener uno.

—Oh, chica traviesa, ¡manos a la obra! .

La siguiente semana hicimos los preparativos para el cumpleaños de Lucy. Cuando llegó el día de su cumpleaños, ella estaba feliz, en especial con la espada que le regaló papá y Eris, y la varita de maga que le dio Roxy. Nana y Silphy le regalaron ropa, lo mismo que mis hermanas y mis madres. Yo le regalé una enciclopedia botánica, la misma que me regaló mamá cuando cumplí 5 años. Mi niña estaba feliz y saltó a los brazos de cada uno de nosotros. Dios, ¡qué rápido creció! pensaba para mí.

—Lucy, amor, esto te lo envía su majestad Ariel —dijo Silphy, pasándole la cajita que contenía el collar—.

—Gracias, mami Blanca, pero mami Ariel no vino.

—ELLA NO ES TU MAMI, amor. Es que tuve a su bebé y no pudo venir, lo siento.

—¿Tuvo a mi hermanito?

—NO, NO ES TU HERMANITO... Jejeje, se llama Edward. Pronto iremos a verlo, le dijo Silphy .

—Es muy lindo, gracias.

Seguimos celebrando a mi pequeña hasta que oscureció y Lucy se durmió. La llevé a su habitación mientras dormía abrazada a su varita y su espada, mientras yo y sus 4 madres la mirábamos desde la puerta .

—Dios, qué grande está —dijo Nana.

—Sí, pronto entrará a la universidad también.

—Lo sé, vamos a la cama, Ru... mgggg.

—¿Estás bien, Silphy? . Pero ella corrió al baño.

—Wuaaaaaaaaajgh, wuaaaaaaajgrr.

—Le dije que no comiera tanto pastel —dijo Eris, que miraba hacia la puerta.

—Mmmm, será mejor lanzarle curación —dijo Roxy, que entró al baño con ella.

La siguiente semana fue normal, muy tranquila, y la pasé en casa. Viajé con Roxy, Silphy y Lucy a Ars a visitar a Ariel, donde Lucy conoció a su "hermanito", como ella lo llamo.

Provocando complicadas caras en Silphy y Roxy, Aunque Ariel tenía una sonrisa cuando Lucy dijo eso. Estuvimos todo el día hablando con ellas y Tristina, que a pesar de estar en postnatal, se la lleva en palacio acompañando a Ariel junto con Luke y ese extraño caballero cuyos ojos rojos son lo único visible.

Cuando regresamos a Sharia, ayudé a Cliff con los preparativos para su viaje. Le ofrecí a Elinalise mudarse con Clive a mi casa, pero prefirió quedarse en su departamento, aunque dijo que estaría muy a menudo en casa, siempre y cuando el bastardo de papá no la molestara.

Cuando faltaba una semana para que Cliff regresara al país sagrado de Milis, me llegó una carta.

—Rudy, esto llegó hoy para ti, viene de Millishion —dijo Silphy, que esos días había estado con vómitos y muy mareada.

Cuando abrí la carta, esta solo decía:

Me ha llegado vuestra carta sobre el rescate de Zenith y su estado de salud. Traedla inmediatamente a Millishion.

Claire Latreia


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