—Tú, tú... ¡estás discutiendo irracionalmente! —farfulló Nie Fen nervioso y exasperado, cuando escuchó las palabras de Duan Ling Tian, difíciles de refutar.
—Ya basta, Fen. Lo que dijo este muchacho no está exento de lógica —replicó Nie Yuan, el Marqués del Divino Poder antes de mirar a Duan Ling Tian con una mirada llena de concentración—. Jovencito, ¿realmente tienes una manera de curar el veneno del Visón Oscuro?
Duan Ling Tian sonrió ligeramente.
—Marqués, en este preciso instante, no tengo la capacidad de curar completamente el veneno del Visón Oscuro que se halla dentro del Alto Marqués.
—¡Pfff! Padre, te lo dije, hasta el principal maestro del Gremio de Alquimistas estaba impotente ante el veneno del abuelo; ¿cómo podría un niño como él tener una manera de curarlo? —se burló Nie Fen, cuyo rostro se ensombreció al oír lo que dijo Duan Ling Tian.